La vida de los futbolistas profesionales suele explotar rodeada de brillo, reflectores y fama, pero mucho sueños se frustran en el camino debido a obstáculos y abusos durante su niñez, que opacan el talento por el que pintaban para ser cracks.
A veces, los abusos contra los futbolistas llegan cuando son niños, que enfrentan una dolorosa vida que evita que crezcan como futbolistas al nivel que les da su talento, muchos de ellos con cualidades para ser cracks.
Es cierto que muchos cracks caen en excesos y abusos cuando ya son famosos, entonces, su vida de placer suele convertirse en un tobogán doloroso por el que se alejan de la fama y del futbol profesional.
En la Premier League, la más poderosa del futbol mundial actual, se dio el caso de un joven futbolista al que una vida llena de abusos condicionó para siempre, ya que nunca pudo explotar de acuerdo al talento que mostraba en la cancha.
Era un joven mediocampista que apareció en el panorama del futbol con el equipo Tottenham de Inglaterra, donde se perfilaba para ser una estrella del balompié, pero el destino evitó que alcanzara el nivel de crack que muchos pronosticaban.
La dolorosa vida que frenó al crack inglés en su camino al futbol
Una dolorosa vida en la que fue abusado y vendió drogas frenó el camino de la joya del futbol, que en una entrevista con el ex futbolista Gary Neville, contó cómo se acabó el sueño de ser un crack del futbol inglés.
Ahora tiene 27 años, y tras su última experiencia con el Besiktas de Turquía, decidió abrir su corazón. “Me da miedo hablar de ello, pero es el momento de hacerlo”, señaló el jugador inglés.
El futbolista inglés no pudo más, era momento de sacar su frustración, de ponerse en paz con su pasado. “Cuando volví de Turquía y me enteré que necesitaba una operación, estaba mal mentalmente y decidí ir a un centro de rehabilitación. Tratar adicciones y traumas”.
Nadie le sugirió ir, él se dio cuenta de que era necesario hacerlo, “tomar la decisión o no funcionará”, aseguró respecto al consumo excesivo de pastillas para dormir en el que había caído.
Desde tiempo atrás pensó en dejar el futbol, una mañana que tenía que ir a entrenar, se miró al espejo y pensó en retirarse. Tenía 24 años y hacía lo que amaba. “Era siempre una lucha conmigo mismo en todo. Estaba atrapado en un mal ciclo”.
Le sonreía, sin sentirlo, a la vida, pero por dentro estaba perdiendo la batalla. “Si conocieras mi vida entenderías esto mejor. Un trauma es un trauma y tu cuerpo lo registra en la misma medida. Quiero ayudar a la gente para que vean que no están solos”.
El crack inglés se reconcilió con la vida tras un pasado doloroso
Así fue como el futbolista empezó a reconciliarse con su vida pasada, con Delle Alli, la persona que le dio forma a la carrera del jugador que pintaba para crack.
Pero había mucho por sanar. “A los seis años abusó sexualmente de mí un amigo de mi madre. Mi mamá era alcohólica. Me enviaron a África para aprender disciplina y luego me enviaron de regreso”, recordó el crack inglés.
Delle Alli ya fumaba a los siete años, uno después empezó a vender drogas. Un mal consejero le dijo que no detendrían a un niño en bicicleta, “así que iba por ahí con mi balón de futbol, y luego por detrás llevaba las drogas”.
A los once lo colgaron de un puente, sin razón. “Pero a los doce años me adoptó una familia increíble. No podría haber pedido mejores personas para hacer lo que hicieron por mí. Si Dios creó a las personas, fueron ellas”. Entonces, su vida mejoró. A los 16 años estaba de lleno en el futbol.
De su padre y madre se alejó cuando acusaron a su nueva familia de abusos contra él. No era verdad, todo lo contrario, lo habían alejado de esa dolorosa vida. “Me sentí traicionado y defraudado”.
Dele Alli está de vuelta con el Everton de la Premier League, donde busca recuperar el nivel que lo llevó a ser parte de la selección inglesa hasta mediados del 2019.