Una mala idea de los organizadores apoyar al gobierno local, sí, al de Guerrero, que se empeñó en que el Abierto Mexicano de Tenis debería ser la punta de lanza para la reapertura de la ciudad de Acapulco tras el devastador paso del huracán Otis.
Cuando los boletos salieron a la venta a principios de octubre del 2023, nadie se podría imaginar que la ciudad de Acapulco estuviera destrozada a finales de ese mismo mes. Por eso la venta fue muy buena, de hecho, se vendieron todas las series y los organizadores estaban felices de la vida.
Pero tras el huracán, y pese a que se anuncia que todo sigue igual y que sí se celebrará el torneo en el estadio de MexTenis, la gente empezó a vender sus boletos.
Es más, cualquiera que se eche un clavado a Facebook encontrará grupos donde se revenden las series completas o por algunos días, porque lo importante es recuperar lo invertido.
Muchísimos aficionados al tenis acudían hoy a sus destrozados departamentos en la playa y a los de sus amigos cercanos que estaba en igualdad de condiciones.
Ya no era pues el escenario donde el torneo era un mero pretexto para que la gente pudiente viajara a Acapulco a vivir unos días en medio de la socialité mexicana. Hoy ante la imposibilidad de hacer uso de dichos departamentos o casas vacacionales, los hoteles disponibles están carísimos, hasta 9 mil pesos por noche, si es que se tiene la suerte de encontrar un cuarto disponible.
Por si fuera poco, el miedo a contraer enfermedades es latente en el público tenístico, por lo que, aunque tengan boletos, muchos ni siquiera harán el viaje.
Lo peor es que los organizadores se niegan a devolver el dinero a los fieles aficionados que durante tantos años les han dado tanto y tanto dinero. Ver para creer.