México.- Para los amantes del futbol ofensivo, el que existan técnicos como Jürgen Klopp, quien ganó su primera Champions League este sábado, representa un oasis en el desierto. Y es que en la actualidad prepondera la idea de ganar por ganar, como sea, sin importar los métodos para llegar a tal camino, así sea echar el camión atrás y olvidarse del espectáculo.

El alemán, entrenador del Liverpool que hoy se impuso al Tottenham 2-0 en la Final del citado certamen, demostró desde sus primeros días como profesional que es un entrenador de la vieja escuela adaptado a los tiempos que corren, ya que, aunado a su postura siempre propositiva, como se sabe es un erudito en cuestiones como la aplicación de software de alta tecnología en sus entrenamientos, de modo que echa mano de todos los recursos disponibles para, además de obtener trofeos, fin último de la disciplina, dejar una huella en la historia de la estrategia futbolera.

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Lejos está todavía de gente como Rinus Michels, Johan Cruyff y el propio Pep Guardiola, pero Klopp va en vías de labrar su propio camino como revolucionario de los banquillos, prueba de ello lo cerca que había estado de alzar una Orejona y las copas que engalanan sus vitrinas particulares.

El arquitecto del mejor BVB Dortmund de los últimos tiempos

Luego de su más que exitosa incursión con el FSV Mainz 05, donde computó el 50 por ciento de efectividad, “Kloppo” llegó al Borussia Dortmund en 2008, equipo al cual imprimió un sello bastante atractivo a la pupila del aficionado.

Además de las 2 Bundesligas, 1 Copa y 2 Supercopas de Alemania que se embolsó con los Abejorros, el avezado timonel disputó la Final de la Champions del 2013 ante Bayer Múnich, cayendo por pizarra de 2-1.

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Dos años más tarde aterrizó en el Liverpool con la encomienda de estabilizarlo y devolverlo a los primeros planos tras varias campañas en el ostracismo; los éxitos de su mano no tardaron en llegar, toda vez que hace un año llevó al club que “jamás caminará solo” al duelo por el máximo título europeo, pero Real Madrid se impuso 3-1.

Como suele suceder en épicas historias como estas, la tercera terminó siendo la vencida para Klopp, que tras quedar segundo en la Liga Premier de este ciclo tras una férrea batalla ante Manchester City, se llevó la ansiada Orejona a Anfield, recinto que ya merecía una alegría de esta índole después de 14 años de sequía.