El fin de semana en la Liga MX, el VAR volvió a demostrar fallas en las decisiones arbitrales, pero al parecer no es un hecho que sólo ocurra en México, ya que a nivel mundial demuestra sus inconsistencias.
El claro ejemplo ocurrió en el juego de Boca Juniors ante el Racing ya que en la recta final del partido existió la polémica por una mano en el área que no marcó el árbitro.
El clásico del futbol argentino pudo ser para Boca Juniors ya que se pedía un penalti a su favor, todo derivado de una mano del jugador del Racing, Jonathan Gómez, quien se barrió y detuvo el balón con la extremidad.
El árbitro Fernando Rapalli ni fue llamado a revisar la jugada en el VAR, pero determinó que no existía ninguna infracción.
La jugada ocurrió en el tiempo de compensación, el central Rapalli estuvo unos minutos en el VAR y cuando tomó su decisión decidió a la cancha, señaló que no era penalti y que además, se acaba el partido.
Los jugadores del Boca Juniors de inmediato rodearon al árbitro central para reclamarle la jugada.
El VAR perjudicó a Boca Juniors
Boca Juniors y Racing empataron sin goles, aunque los Xeneizes pudieron llevarse la victoria, sin embargo, la decisión del árbitro Fernando Rapalli y el VAR no les beneficiaron.
En la tabla general de la primera división del futbol argentino el Boca Juniors marcha en el lugar 11 con 19 puntos en 13 jornadas.
Mientras que el Racing se coloca en la sexta posición con 21 puntos, siete unidades por debajo del líder Atlético Tucumán.
Pelea entre jugadores del Boca Juniors
En redes sociales el tema del VAR en el juego de Boca Juniors ante el Racing generó múltiples opiniones, a esto se sumó una probable pelea entre jugadores de los Xeineses.
Usuarios en redes sociales detectaron que Carlos Zambrano y Darío Benedetto llegaron a los golpes debido a lo mostrado en la cancha.
Medios en Argentina apuntan que Benedetto fue quien comenzó, tras reclamarle a sus compañeros lo que estaba ocurriendo en el juego.
Aunque no hay nada oficial, los aficionados detectaron que Zambrano tenía el pómulo inflamado, mientras que Benedetto lucía un rasguño en el cuello.