La Selección de Futbol de México ha cerrado un nuevo ciclo. Como cada cuatro años, el Tricolor ha clasificado a una Copa Mundial de la FIFA, como sucede desde Estados Unidos 1994 a la fecha.
Pero para eso ha tenido que vivir como siempre sus altas y sus bajas, porque parece que el Tricolor tiene que pasar sus buenos y malos momentos, para lograr el primer cometido, ilusionar a la gente, y al final quedar como siempre.
Selección de futbol de México: La ilusión inicial
Como cada cuatro años, la Selección de Futbol de México inicia su proceso con mucha ilusión. Regularmente, se inician con un nuevo técnico, un entrenador que promete que ahora sí se llegará al anhelado quinto partido.
Con la llegada del técnico, casi siempre llega la ilusión aderezada con ganar la Copa Oro, y eso afirma que “este será el bueno”.
Selección de futbol de México: Comienzan las decepciones
Como siempre, o casi siempre, los buenos resultados llegan. El sinfín de partidos amistosos que tiene agendada la Selección de futbol de México, por compromisos comerciales, logra que las victorias se agranden y que su popularidad crezca.
Pero cuando llega la eliminatoria hacia el Mundial, las cosas se comienzan a complicar y lo primero que se dice ante la crisis es: Hay que contratar a un nuevo entrenador.
Selección de futbol de México: El Mundial bipolar
Si se logra la clasificación a la Copa Mundial de la FIFA, y si el director técnico nacional sobrevive, vendrá el golpe de suerte, en el primer juego mundialista se le ganará a una potencia o a un equipo de nivel de forma contundente.
Y cuando todos pensaban que al fin, el Tricolor rompería con las viejas costumbres, en el segundo juego apenas se empatará con un equipo de mediano nivel para abajo.
En el último juego de la fase de grupos, se pedirá la hora para pasar a los octavos de final.
Selección de futbol de México: El golpe de realidad
Y vendrá el juego por los cuartos de final. La Selección de futbol de México dirá que se parará de tú a tú contra el rival que le impide llegar al quinto partido.
Pero… el golpe de la realidad llegará. Si es una potencia, se hará un juego digno, a veces… Si es una selección mediana, se perderá, dirán por mala suerte o por el arbitraje.
Así el ciclo se cumplirá el ciclo. Se acabará el proceso, vendrá un nuevo técnico y las ilusiones renacerán. Un círculo vicioso de nunca acabar.