Jesús, un joven, residente de Citara, Huehuetoca, Estado de México, expresó que por su orientación sexual, fue agredido por un vecino que le propinó los golpes en la cara que dañaron la función de su ojo izquierdo.
"El 18 de marzo salí a comprar mi desayuno, pero un señor me pegó en el área del ojo y la cabeza; derivado de los golpes empecé a tener un derrame cerebral”, comenta Jesús y asegura que además no recibió la atención adecuada por parte de policías locales quienes en vez de llevarlo a un hospital, sólo lo hicieron “dar vueltas en una patrulla”.
Actualmente en la contraloría de Huehuetoca se lleva a cabo una investigación en torno a los dos elementos policiacos, que presuntamente fueron omisos en la atención que Jesús requería.
Jesús cuenta que ésta no es la primera vez que se siente amenazado en su colonia. Desde que llegó a vivir ahí junto con su pareja Andreu (40 años), su suegra y su cuñada, los vecinos los han agredido verbal y físicamente al salir a la calle.
Guillermina Ramírez, mamá de Andreu, comenta que en el hogar viven con miedo de recibir ataques o represalias de los policías involucrados, por lo que les es difícil proseguir con una vida normal.
La pareja pide ayuda de autoridades civiles u organizaciones de defensa de derechos humanos para conseguir trabajo, cambiar de residencia y, también, acelerar la acción de la justicia en contra de los responsables de las agresiones.
Con información de Excélsior