Las Reinas Chulas es una compañía de teatro dedicada al cabaret. Su historia se ha escrito a través de los más de 60 espectáculos que han puesto en escena durante su carrera que este mes llegó a los 20 años.
Esta compañía formada por las actrices Ana Francis Mor, Cecilia Sotres, Marisol Gasé y Nora Huerta, se ha caracterizado por imprimir en sus obras enfoques críticos sobre las realidades políticas y sociales por las que ha atravesado el país durante las últimas dos décadas.
Las Reinas Chulas se han convertido en una figura icónica para la comunidad LGBTI y sobre todo, para las lesbianas pues pareciera que en cada espacio que ellas visitan, la visibilidad lésbica existe alegre y dignamente.
Estas cuatro actrices son una figura de lucha contra las expresiones de odio hacia las personas LGBTI. Las Reinas Chulas combaten la lesbofobia, homofobia y transfobia usando como trinchera el escenario y como herramienta el humor.
En lo cotidiano, se apropian de cualquier escenario posible para nombrar a la diversidad sexual; para ellas, esa es la mejor forma de volver natural la conversación sobre las orientaciones sexuales y las identidades de género que aún no son asumidas con normalidad.
Para ellas, la lucha contra la homofobia, ha trascendido, se ha convertido en un asunto personal, escénico y público que abordan desde los escenarios en los que, sin importar el tema central de una obra, siempre se habla sobre diversidad sexual.
“En nuestros shows siempre hay una lesbiana a la que le va bien. En nuestras historias las lesbianas ganan y los homofóbicos pierden. Esa es una postura de vida, es un reflejo de nosotras porque hemos ganado”, ahonda Ana Francis al explicar que la inclusión de estos personajes femeninos es una de sus principales estrategias para reeducar a su público.
Para las Reinas Chulas, nombrar y reconocer sobre el escenario las diferentes identidades es el primer paso hacia la inclusión, es la primera puerta que se abre para acabar con el oscurantismo que existe alrededor de las historias que aún no han sido contadas.
“Somos nuestro primer objeto de experimentación… nosotras, nuestras familias, nuestras experiencias; en 20 años nos hemos visto en todas las situaciones posibles”.
Para Mor, el arte no ha sido universal sino masculino, heterocentrista y patriarcal. Con su quehacer, ellas contribuyen a equilibrar esa situación. “No importa el tema de un show, siempre queremos que las lesbianas se vean”.
Pocas veces se han contado historias sobre mujeres lesbianas que se realizan, que son felices; no es común ver en la pantalla a dos mujeres formando una familia o decidiendo no hacerlo. Contando historias donde se opta por la felicidad y por la vida, estas cuatro actrices construyen una lucha diaria que busca derrumbar lo negativo.
El humor como estrategia y herramienta
En una entrevista, las cuatro actrices coincidieron en que el humor es la mejor herramienta para hacer llegar un mensaje a cualquier público.
“El humor no te permite engancharte con prejuicios homofóbicos”, asegura Marisol. “La risa te transforma, te hace cuestionarte. Te educa y divierte”, continuó.
La comedia integrada en el cabaret les ha permitido acercarse a toda clase de público; desde la persona más sensibilizada hasta la más conservadora. Al final no importa el contraste porque la diversión une a todos los que integran el público.
Las tareas por hacer
Para Ana Francis, Nora, Cecilia y Marisol, esta lucha se emprende cada día para alcanzar ambiciosos objetivos.
“Nuestra tarea es ayudar a que cada persona se eduque, discrimine menos. Somos un gran beneficio para nuestra familia y nuestra sociedad, con nuestra presencia se empiezan a derrumbar estereotipos, mitos y estigmas”, comenta Ana Francis.
Las cuatro coinciden en la imperiosa necesidad de abrir espacios, de nombrarse y visibilizarse, de llevar la inclusión, el respeto y la libertad a todos los espacios. “Tenemos que abrir la puerta para las que vienen”, sentenció Nora.
Su trabajo es, desde el arte, permear hacia otros ámbitos hablando de las diversas formas de desear, de amar y de ser feliz.