La Iglesia Evangélica Luterana nombró a su primera obispa trans, Megan Rohrer, quien desde 2014 es reverenda de una congregación luterana.
Megan fue elegida como la primera obispa trans de una denominación cristiana importante en Estados Unidos, con 209 votos a favor; sólo dos más que el pastor Jeff Johnson.
“Respetamos y honramos la diversidad de historias, tradiciones, culturas, idiomas y experiencias entre nosotros y en toda la comunidad cristiana”
Iglesia Evangélica Luterana
Ahora, Rohrer se encontrará en la Iglesia de St. Matthew, ubicada en California, en sustitución del reverendo Mark Holmerud, que está por jubilarse.
Sobre el nombramiento de Megan Rohrer como su primera obispa trans luterana, la Iglesia Evangélica Luterana mencionó que respeta la “diversidad dentro del cuerpo de Cristo”.
¿Quién es la primera obispa trans de la Iglesia Evangélica Luterana?
Megan Rohrer se ha convertido en la primera obispa trans de la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA), una de las mayores congregaciones de Estados Unidos.
La ahora obispa trans y residente de San Francisco es conocida por su activismo y trabajo a favor de los derechos de las personas sin hogar, así como LGBTI.
“No había creído que fuera posible antes de ese momento, pero mi nombre fue nominado antes de la pandemia. Y así, todo ese año, me permití imaginar cómo sería”
Megan Rohrer, primera obispa trans luterana.
Megan es madre de dos niños y desde 2017 se desempeña como capellán del Departamento de Policía de San Francisco. También fue la primera persona trans en ser ordenada y en servir como pastora en la IELA.
Sin embargo, ahora supervisará el sínodo de Sierra Pacific que incluye casi 200 congregaciones en California y Nevada, algo que no creyó posible hasta ahora.
Iglesia Evangélica Luterana
La Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA) es una de las congregaciones cristianas más progresistas de Estados Unidos.
No obstante, apenas hace 50 años comenzaron a ordenar mujeres para asignarles puestos de responsabilidad en las iglesias luteranas.
Así mismo, hace una década la población LGBTI logró integrarse en el clero. Al respecto, Megan dice: “Creo que esto es una afirmación de que la diversidad de Dios puede usarse para su propósito”.