Tras una historia entera de reproducir una vez tras otras estereotipos de belleza y género que en mayor o menos medida terminaron afectando la forma en que se ve el mundo y en que las personas se valoran a sí mismas, la industria de la moda ha comenzado a caminar hacia la inclusión.

Una muestra de cómo esta frágil y todavía acartonada industria ha comenzado a abrirse a nuevas corporalidades, identidades y mensajes, es la actriz y modelo trans Jari Jones, que rompió las redes sociales en los últimos meses con su participación en la serie Pose y el filme Porth Autority que se presentó este año en el Festival de Cannes.

Como podrás notar en sus fotografías, Jari no es una modelo que quepa en una talla 0 o alguna de las que las grandes casas de moda consideran “normales” pues están creadas para mujeres extremadamente delgadas, sin embargo, esto no le ha impedido brillar en pasarelas y alfombras rojas.

Al mismo tiempo, la joven ha trabajado como modelo curvy para diversas marcas de ropa que muestran interés por representar mejor las distintas realidades de los públicos a los que van dirigidas, tomando en cuenta detalles determinantes como la diversidad en los colores de la piel o el tamaño y la forma de los cuerpos.

Jari se identifica dentro del espectro no binario del género, sin embargo, se define a sí misma como una persona muy conectada con su parte femenina y este es uno de los temas con los que más trabaja como activista: promover el respecto y la equidad entre todas las expresiones e identidades sexuales.

Una historia de amor verdadero

Actualmente -y desde hace más de cinco años- Jones sostienen una relación con Corey Kempster, otra mujer trans que también es activista. Juntas han logrado superar los más grandes obstáculos, desde personales, hasta sociales, para continuar viviendo su amor.

Jari y Corey se conocieron en la universidad hace más de una década; desde entonces, descubrieron que tenían una conexión especial y entablaron una amistad inseparable hasta que notaron que el amor que se tenían iba mucho más allá y decidieron comenzar un noviazgo. En aquel momento, ambas vivían con la identidad cisgénero que les fue asignada al nacer.

Estando juntas, ambas comenzaron a cuestionarse sobre su identidad de género y poco a poco los cambios empezaron a llegar. La primer en expresarlo fue Jori que pronto comenzó a utilizar ropa de mujer. “Eso es todo, tiene sentido”, le dijo Corey la primera vez que la vio con un vestido.