A pesar de que en muchos lugares del mundo se ha legislado para evitar la discriminación laboral en contra de las personas LGBTI, un estudio reveló que las leyes podrían no servir de mucho si no se terminan los prejuicios, pues el simple hecho de que a una mujer o a un hombre se le perciba como homosexual, podría quitarle oportunidades para trabajar.
La investigación, publicada en Women Quartely, da evidencias de que tener una voz que se percibe como la de una lesbiana o de un gay, puede generar estigma hacia las personas que están en busca de trabajo. Esto, además, es más acentuado en las mujeres que en los hombres.
“La voz es una señal que las personas usan, consciente o inconscientemente, para hacer inferencias sobre los demás. Los estereotipos sobre la voz también existen.
Fabio Fasoli. Universidad de Surrey
Fabio Fasoli, profesor de psicología social en la Universidad de Surrey y uno de los lideres de la investigación, explicó que su interés es encontrar cómo el ‘gaydar’ -como se denomina al acto de adivinar s una persona es lesbiana o gay basándose en rasgos de la personalidad y estereotipos- puede afectar en un proceso de selección laboral.
“‘Gaydar’ generalmente se define como la capacidad de adivinar quién es gay o heterosexual a partir de pistas mínimas. Como consecuencia del ‘gaydar’, la discriminación puede ocurrir durante el proceso de contratación”
Fabio Fasoli. Universidad de Surrey
Las mujeres con ‘voz de lesbiana’ fueron calificadas como menos competentes
Para llegar a las conclusiones aquí presentadas, el equipo de investigación registro las voces de 18 mujeres y 12 hombres leyendo un texto idéntico con el que solicitaban determinada trabajo.
Posteriormente, un grupo de voluntarios escucharon los audios y las clasificaron de acuerdo a su probable orientación sexual: heterosexuales, lesbianas y gays.
Para la segunda etapa de la investigación fueron seleccionadas cuatro voces de mujeres, dos que parecían "voz de lesbiana" y dos que parecían de heterosexuales; lo mismo pasó con las de los hombres. 340 personas escucharon la selección y calificaron a los candidatos de acuerdo a qué tan elegibles o competentes podían considerarse para un empleo.
Los investigadores encontraron que las personas que parecían homosexuales, especialmente las mujeres que parecían lesbianas, eran vistas como menos competentes que sus homólogos que sonaron como heterosexuales; esto se asoció con que se les calificara como menos adecuadas para los trabajos y se clasificaron en menor nivel de empleabilidad.