Mientras en algunos países las leyes avanzan hacia el reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI, en algunos otros, estas no sólo permanecen estancadas sino que retroceden con la creación de reformas que impiden el acceso a la identidad jurídica, la formación de una familia o libre ejercicio de la sexualidad.
Uno de esos países es Hungría, en donde recientemente, y pese a las protestas tanto nacionales como internacionales, se aprobó una nueva ley que prohibe al registro civil realizar el cambio de sexo en la documentación oficial, y con ello, evita el reconocimiento jurídico de las personas transgénero y transexuales.
Con 134 votos a favor, 56 en contra y 4 abstenciones, el Parlamento húngaro aprobó una ley que define el género como “el sexo biológico basado en el nacimiento y el genoma”, lo que se contrapone a las definiciones de organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud que explica al género como “las características socialmente concebidas de la mujer y del hombre”
Con la legislación actual, las personas trans están legalmente impedidas para acceder a una identidad que concuerde con su identidad de género, pues quedó prohibido el cambio de sexo en el registro nacional y todos los documentos oficiales.
Como miembro de la Unión Europea, desde 2004, Hungría permitía a las personas trans realizar el trámite de cambio de sexo ante el registro civil, por lo tanto, es claro que la reforma legislativa del artículo 33 se realizó con el principal objetivo de impedir a esta población acceder a un cambio simple, pero necesario en sus vidas.
Al respecto, la organización Amnistía Internacional consideró que las nuevas disposiciones están en "contra de las obligaciones internacionales y nacionales de Hungría sobre diversos derechos humanos".