Hacer una película biográfica siempre involucra ciertos problemas, más cuando se tocan a personajes tan queridos y estudiados por los fans como es el caso de Freddie Mercury, vocalista de Queen y considerado el mejor cantante de rock de la historia. ¿Cómo abordar la vida de una persona tan peculiar, cuyo paso por la Tierra en sí mismo parece una obra de ficción? Si bien luce como una tarea por demás compleja, la gente de Fox supo muy bien como llevar todo esto (así como los problemas surgidos dentro de la producción), para entregar un documento digno del sudafricano en la forma de Bohemian Rhapsody.
Como ya sabrán, la obra abarca la vida de Mercury desde el momento en que conoce a Brian May y Roger Taylor; es decir, comenzamos el recorrido desde la etapa adulta del cantante; cosas como su adolescencia y niñez son por demás omitidas. No obstante, para el ritmo y fundamento del proyecto, estas no se extrañan en lo absoluto.
Principalmente por la gran actuación de Rami Malek como el polémico artista, quien recrea prácticamente a la perfección los ademanes, estética y personalidad que caracterizaban a Freddie; nos logra transmitir esa felicidad y jovialidad, cuando estaba en el escenario, combinada con tristeza y tragedia, de su vida personal.
Es precisamente esta última la que impera en la narrativa; fuera de su innegable talento musical, Bohemian Rhapsody pretende mostrar a un Mercury más humano, con errores que le pueden llegar a costar mucho; así como lo frágil que en realidad era, más allá de la energía al momento de la ejecución al lado de sus compañeros.
Ese es el punto clave de todo esto; se utiliza la figura del músico para presentar un aspecto de la condición humana; lo brutal que puede ser (y es) el éxito para la gente, como este es una ilusión si no se puede controlar; que nos aleja del lugar al que pertenecemos, creando un simulacro de vida de lo que nosotros creemos que necesitamos y quienes somos.
Obviamente estamos hablando de la clásica fórmula de las películas biográficas; en ese sentido, el filme no se sale ni un poco del camino trazado por muchas otras obras de antaño; incluso recurre a las clásicas imágenes estáticas donde se nos cuentan detalles que no entraron dentro del metraje.
Esto también provoca algo que bien puede no ser del agrado de los fans más acérrimos del grupo de rock; pues si esperan ver a la banda como tal, así como una explicación profunda de todas sus particularidades; lamentamos decirles que tanto May, como Taylor, como Deacon, quedan relegados a un segundo plano; prácticamente no sabemos nada de ellos más allá de su relación con el cantante. Lo mismo del resto de los personajes, los padres de Mercury, su mejor amiga, representante y pareja, son presentandos de manera muy superficial, entran y salen de escena de manera indiscriminada.
En otras palabras, más allá del vocalista, en realidad no sabemos nada más del resto de personas que vemos en pantalla. Aún así, en la ejecución, esto se logra solventar de buena manera y queda claro que era imposible incluir tantos detalles en un material audiovisual de un par de horas.
En lo técnico la película también es extraoridinaria; la fotografía es excelente, sobretodo en los momentos panorámicos de las presentaciones en vivo; punto extra para lo que es Live Aid, escena que es por demás disfrutable y digna de verse en pantalla grande (o en IMAX si pueden).
Lo mismo va para el sonido, las canciones suenan poderosas y con una planeación casi milimétrica; la producción prefirió usar extractos de la obra de Queen para musicalizar secuencias específicas dándoles mayor relevancia; sí, se extrañan piezas no tan conocidas como Stone Cold Crazy o Princess of the Universe; pero de nueva cuenta, era imposible tener toda su obra sin convertir la película en un concierto documental.
Sí, Bohemian Rhapsody tiene sus detalles, los cuales bien puede molestar a los más quisquillosos; pero como obra total, estamos ante algo prácticamente perfecto, siendo una montaña rusa de emociones y que calará hondo en los corazones del público rockero; así como en aquellos que desconocen lo que significó Mercury y Queen para el mundo de la música.
Freddie Mercury es una leyenda, y esta película demuestra y le hace honor a esa leyenda.