Desde la masificación de los videojuegos, Hollywood ha tratado de llevar la magia de los interactivos al cine con resultados que va de lo regular a lo lamentable; en más de 30 años de historia moderna de la industria de los interactivos, no se ha encontrado la fórmula para hacer un buen filme de este tipo de entretenimiento. Los problemas van desde la falta de compromiso por parte de los realizadores, hasta cambios en la esencia del producto para hacerlo "más amigable".
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Uno de los primeros en sufrir esta maldición fue Nintendo con Super Mario Brothers; película basada en el buen Mario que es considerada una de las peores de la historia. Desde ese momento "La Gran N" se retiró del mercado cinematográfico aludiendo a que no volvería hasta que estuviera seguro de que se podría hacer algo de calidad con sus franquicias.
Así llegamos a finales de la segunda década del siglo XXI, donde después de un cambio de estudio, Warner Bros., The Pokémon Company y Nintendo se arriesgaron con una de las sagas más queridas por el mundo, con una cinta que al principio causó un poco de desagrado; pero que resultó toda una sorpresa para el género: POKÉMON Detective Pikachu.
Una historia simple que funciona
La película está basada en el juego homónimo, donde un joven de nombre Tim busca desesperadamente a su padre, después de enterarse que no estaba muerto como se lo habían comunicado. Para tal empresa tendrá la ayuda del Detective Pikachu, un Pokémon que puede comunicarse con él y que ha perdido la memoria; por lo que espera que esta misión le ayude a recuperar sus recuerdos.
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Esta simple premisa nos mete de lleno en la trama, la cual si bien se resuelve con algunos lugares comunes y de maneras un tanto predecibles; nunca traiciona la naturaleza de lo que es la franquicia o el título en el que se basa, lo que nos da un recorrido agradable, lleno de personajes curiosos y que nos hará pasar un buen rato si tenemos la mente abierta.
¿Por qué mencionamos esto último? Bueno, si eres un fan veterano y purista de todo lo que ha sido Pokémon en más de 20 años tenemos que decirte que esta obra no te gustará; es más, es posible que te haga enojar. Pues Warner y The Pokémon Company pensaron este filme como algo más familiar e infantil. No habrá desarrollos dramáticos obscuros, batallas intensas o grandes giros de tuerca; todo es muy básico y colorido, sin aportar nada más a la fórmula ya vista en las películas animadas. De hecho, estas son mucho más serias e intensas que Detective Pikachu.
Vivimos en un mundo Pokémon
Sin embargo, es en ese halo infantil donde radica el corazón de la obra. Bajo esta visión es que se construye todo un mundo Pokémon que es verosímil, donde humanos y monstruos de bolsillo interactúan de manera natural, tal y como lo vemos en el anime. Este es un gran punto a favor de la producción, pues se nota el trabajo de investigación que hicieron para recrear esta ambientación de la manera más fiel.
Incluso el polémico diseño de personajes funciona de manera adecuada. La animación luce por demás fluida en cada una de las criaturas, presentando sus movimientos característicos y expresiones que hemos visto por décadas. Cada uno de los Pokémon nos transmite sus emociones de manera efectiva, desde el miedo y la alegría, hasta el enojo y confusión.
Un punto extra por la elección de Ryan Reynolds como la voz de Pikachu. Nuestro querido Deadpool hace un gran trabajo dándole vida a uno de los personajes de videojuego más importantes del mundo; su voz no desentona con la apariencia del ratón eléctrico en ningún momento; además de que, sin decir ninguna grosería, le da un tono irreverente que se podría esperar de tan complejo personaje. Lo malo es que las contrapartes humanos no son tan memorables; Tim y Lucy, la co-protagonista, son un tanto deslucidos, faltos de carisma y con poca química entre ellos. Aún así, hacen su mejor esfuerzo por cumplir con la caracterización y llegan a ajustarse muy bien al contexto en el que están inmersos. Y por cierto, si preguntas por Omar Chaparro; bueno, su participación es meramente anecdótica.
La mejor película live-action de videojuegos
POKÉMON Detective Pikachu no inventa el hilo negro en las adaptaciones de videojuegos; sin embargo, representa una gran evolución en un género condenado al ostracismo. Sí, sigue reglas muy básicas y apela a situaciones de resolución fácil; pero hay que reconocerlo, esa es la esencia de Pokémon desde su aparición en Game Boy en los 90.
Un juego de fácil acceso para todo el mundo, que carecía de una trama intrincada, con un mundo vasto lleno de criaturas adorables y que dejaba un buen sabor de boca. Eso es Detective Pikachu, reiteramos si son fans puristas probablemente la odien; si por el contrario, son un poco más relajados y tienen hijos o hijas que se están adentrando al mundo Pokémon, les aseguramos que si van todos juntos en familia la disfrutarán con creces.