Queramos aceptarlo o no, las "Películas de Perros" ya son un género en sí mismo; cada año tenemos una o dos obras protagonizadas por estos cuadrúpedos personajes. Mi amigo Enzo es la obra que viene a llenar ese hueco en este 2019.

Pero vayamos por partes. Como muchas otras, la obra se basa en un libro de nombre The Art of Racing in the Rain; que cuenta la historia de un corredor de autos, Denny, y su fiel perro, Enzo, nombrado así por Enzo Ferrari.

Enzo y Denny

Si bien es un material efectivo para toda la familia y amantes de los perros; con un gran mensaje y un protagonista canino muy carismático; curiosamente comente un error que la aleja un poco de clásicos como Hachiko, Marley y Yo y Beethoven.

Mi amigo Enzo y el punto de vista de una mascota

A diferencia de otros filmes del estilo, Mi amigo Enzo, nos narra toda la historia desde el punto de vista del perro; quien nos va contando cómo es su vida. Nos muestra desde que fue adoptado por Denny, hasta su etapa adulta.

Lo interesante de esto es la premisa de qué es lo que está pensando un perro al momento de convivir con los humanos; su opinión acerca de diversas situaciones, cómo se siente ante varios tipos de persona, y su impotencia por no poder ayudar tanto como desearía.

Enzo y Zoe

Enzo se asume como lo que es, una mascota, con todos los pros y contras que eso conlleva; contrario a otros caninos de cine, que se presentan más humanos que los humanos. 

Un perro puede ser un gran narrador

Contrario a lo que se piense, esta forma narrativa es muy buena; Enzo, demuestra ser un gran narrador, con carisma puro. Presentando muy bien la situaciones en general, incluso aquellas que no puede ver de primera mano; pues no puede estar siempre junto a su amo.

Hablando de amos; Denny, Eve y Zoe, son bien interpretados por Milo Ventimiglia, Amanda Seyfried y Ryan Kiera Armstrong; sobretodo la segunda quien demuestra fuerza y debilidad de acuerdo a cómo cambia su personaje y las situaciones que atraviesa.

Enzo e Eve

Entrando en comunicación con su peludo amigo, aunque ellos no sepan realmente que este, por lo menos en su interior; está teniendo una conversación acerca de lo que significa ser un animal de compañía y las responsabilidades de un humano.

Enzo, el observador pasivo

Y es eso su único error. Los personajes humanos atraviesan por diversas situaciones dramáticas, de las que Enzo es un observador pasivo; tal y como sería un perro mascota real. Lamentablemente, esto llega a jugar en contra de la propia obra y su ritmo.

Mientras que en otras películas del género el drama se establece por y para el perro (véanse las obras citadas al inicio); aquí todo sucede de manera periférica. Esto dota de realismo al filme, pero en un punto, no sientes la importancia de Enzo más que ser la mascota de la casa.

Enzo en la boda

Todo le pasa a sus dueños; pero pocas cosas realmente le pasan a Enzo. Lo curioso es que aún así, muchos podrán identificar varias situaciones con sus perros, además de ser por demás emotiva en diversos momentos.

Una película para comprender la importancia de una mascota

A pesar de lo anterior; Mi amigo Enzo logra dar ese mensaje acerca de la importancia de las mascotas y como ellas tratan de entender el mundo humano. De igual manera, le trata de dar una lección al espectador sobre la importancia de las mismas.

No es un panfleto a favor de los perros, como se podría creer, es más una obra reflexiva sobre los amigos animales que decidimos integrar a nuestra vida. Pues aunque no lo creamos, ellos siempre nos estarán viendo, juzgando y cuidando en sus pensamientos.