Una de las muchas películas afectadas por la pandemia de Covid-19 fue ‘Nomadland’ de Chloé Zhao, la cual se estrenará apenas en México luego de ver retrasado su lanzamiento en reiteradas ocasiones. No obstante, muchos ya deben de tener conocimiento del filme, pues ha estado arrasando en las premiaciones.
‘Nomadland’ prácticamente ha ganado todo donde se ha presentado, teniendo pendiente la entrega del Oscar. Algunos se preguntarán, ¿En realidad es tan buena la película? ¿Valió la pena esperar casi un año para poder verla en las pocas pantallas de cine sobrevivientes de México?
La respuesta rápida es sí; la narrativa de Zhao y la actuación de Frances McDormand hacen de la obra un viaje reflexivo e intenso acerca del mundo de las personas que lo han perdido todo; pero sin caer en lugares comunes, presentando una visión realista de lo que acontece más allá de la visión prototípica que tenemos del “éxito” y el “Sueño Americano”.
¿De qué trata ‘Nomadland’?
Como su nombre lo indica, ‘Nomadland’ nos presenta el mundo de los nómadas contemporáneos, todo a través de la visión de una mujer de la tercera edad, Fern, quien vive en su casa móvil tras la crisis económica de 2008, que obligará el cierre la fábrica que sostenía a su pueblo, obligando la migración de todos sus habitantes.
Fern, quien también perdió a su esposo, ve cómo de un día para otro su vida pierde sentido. En parte por obligación y en parte por decisión propia, emprende un viaje interminable a través del oeste de Estados Unidos, tomando trabajos temporales para sobrevivir y encontrándose en su camino a otros nómadas.
La historia no es la que estamos acostumbrados a leer, ver o incluso jugar, pues el viaje de Fern en realidad no la lleva a ningún lugar; no es un camino de redención ni de introspección (aunque hay algo de eso), simplemente es una exposición de la vida normal de alguien ya no puede vivir en la “normalidad” .
Esto también se expresa en el tono y ritmo del filme, el cual es muy tranquilo, algunos dirán que incluso se siente lento y que no pasa nada, ya que tenemos secuencias largas sin siquiera diálogos o personajes más allá de la misma protagonista; recurso que usa Chloé Zhao, para dejar en claro que la vida en solitario no necesariamente está llena de drama.
Los nómadas de ‘Nomadland’
Algo a destacar de ‘Nomadland’ son sus actuaciones, o más bien, la falta de estas; no nos malinterpreten, no estamos diciendo que las interpretaciones sean pésimas fuera de la Fern de Frances McDormand, sino que no hay trabajo actoral como tal porque Chloé Zhao utilizó a gente real para su obra.
Nuestra protagonista se mimetiza con el ambiente de los nómadas contemporáneos de Estados Unidos, conociendo la historia de estos y exponiéndola a lo largo de los 108 minutos de duración, convirtiéndose ‘Nomadland’ en una especie de mini-documental oculto en una cinta de ficción.
Si bien tenemos algunos actores de renombre como David Strathairn y Peter Spears, cuyos papeles son bien ejecutados; la película brilla cuando entramos en contacto con los verdaderos habitantes de esta tierra de nómadas, quienes entregan una visión de cómo está ordenado el mundo para ellos.
Más que sentirse marginados por la sociedad, se asumen como seres tangenciales al sistema, sin adecuarse del todo al mismo por tener otra interpretación del status quo. Para bien o para mal, Zhao nos deja ver que ellos son lo más cercano a la tan pregonada libertad que ansía el ser humano.
‘Nomadland’ es una película sin víctimas ni victimarios
En un relato tradicional siempre tenemos un conflicto que nos presenta al protagonista como víctima de la situación y a esta misma como victimaria; si bien en un principio ‘Nomadland’ podría ir por ese mismo camino, al final su discurso no trata de presentar a Fern o sus compañeros de camino como personas afectadas ad infinitum.
No es un ataque o crítica severa al sistema capitalista ni una enarbolación de la independencia del nómada, aunque en un giro propio de Chloé Zhao, la directora nos deja sacar nuestra propia interpretación de ‘Nomadland’, sin viciarnos por alguna posición radical expuesta en su documento audiovisual.
Al final del día, la película es una muestra de lo aburrida, contradictoria, abrumadora, alegre y horrible que puede llegar a ser la vida, señalando que a pesar de todo, ya seamos nómadas de los caminos de asfalto o sedentarios de las urbes, todos somos humanos, demasiado humanos.