México.- El cineasta Alfonso Cuarón eligió como protagonista de su primera película rodada en México en más de una década a Yalitzia Aparicio, una maestra normalista de Oaxaca recién egresada que jamás pensó que se convertiría en actriz y que en diciembre aparecerá en una sesión de fotos exclusiva de la revista Vanity Fair.
En Roma, el cineasta mexicano deja atrás el glamour de Hollywood que lo encumbró con un premio Óscar en 2014 y presenta una obra íntima, personal, de redescubrimiento del México en el que creció y que más de 40 años después sigue vigente entre sus calles de folclor y desigualdad.
Lo que Cuarón no olvida es la técnica de rodaje: Roma es una auténtica experiencia artística que debe disfrutarse en una sala de cine. La fotografía de la cinta oficialmente correría a cargo de Emmanuel Lubezki, pero complicaciones de agenda y tiempos impidieron al "Chivo" completar el proyecto, por lo que el propio Cuarón salió al quite y tomó la cámara.
La cinta se filmó en 65 milímetros en formato digital. Es la película con mayor cantidad de información en mezcla de sonido para el sistema Dolby Atmos. En palabras de Cuarón, el blanco y negro no forma parte de una construcción nostálgica, sino que sirve de plataforma para ver al pasado a partir de un presente sólido y tangible.
La historia, filmada en absoluta continuidad y sin que actores o equipo de producción conociera el guión, se centra en "Cleo" (Yalitzia Aparicio), una joven de origen mixteco que se desempeña como empleada doméstica de una familia blanca de clase media alta en la colonia Roma de la Ciudad de México. Su día transcurre entre las labores de aseo, el cuidado de los cuatro hijos de la familia y las escapadas ocasionales para echar novio.
Pese a que la discriminación, el racismo y el clasismo son temas constantes en la cinta, su tono es suave y el reto de Cuarón a la audiencia se plantea en otros términos: por más de dos horas el espectador debe seguir la historia de una mujer morena, pobre, pequeña, de sueños ajenos, que disfruta de comerse una torta y que hace arte de cosas como fregar el piso.
El público debe reconocer la belleza del cuerpo y cara de "Cleo" en escenas entre las sábanas; su alegría es causa de enividia mientras arregla los cuartos de sus patrones al ritmo de música popular y su fortaleza se manifiesta en acciones por el bienestar de los demás.
La película es sobre ella pero ella no es de sí. Lo que vive es lo que le permiten y su familia es esa de pelos güeros que le pide un café para el señor mientras se escabulle para ver un poco de televisión junto a sus niños.
México vive en Roma en secuencias espectaculares como una caminata que atraviesa Avenida Insurgentes para llegar al cine; una carrera por el Centro Histórico entre puestos, vendedores, tienditas de la esquina y mentadas de madre; y una recreación del "Halconazo" de 1971 que con apenas unos minutos en pantalla deja en el ambiente una sensación de congoja e impunidad por el régimen que por décadas perpetuó el poder a través del terror y que relegó a la mujer a un papel pasivo y de servidumbre.
Roma se estrena en cines selectos del país este 21 de noviembre y el 14 de diciembre llega a Netflix.