De la mano de Searchlight Pictures, Star+ estrenó Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia, una película biográfica sobre Richard Montanez.
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia es una de las tantas películas que buscan ser un relato inspirador basado en una trama de éxito.
Si bien las intenciones son buenas y la película desborda todo ese optimismo característico, al final no acaba de conectar bien todos los puntos.
Quedando más como un comercial extendido de “papitas” que otra cosa.

¿De qué trata Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia?
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia se basa en parte de la vida de Richard Montanez, un méxico-americano que creó los cheetos flamin’ hot.
La película nos muestra cómo desde su niñez, Richard tuvo en mente sobresalir a pesar de sus limitaciones personales e históricas, tratando siempre de sobreponerse a los golpes de la vida.
Como el racismo sistémico que sufría, el abuso físico de su padre o su posterior vida delictiva; lo cual nos lleva a su vida adulta trabajando para Frito Lay.
Es ahí donde la historia se centra principalmente, pues la empresa no va bien y es casi un hecho que cerrarán la planta donde él trabaja.

En un intento por salvar su trabajo, se le ocurre agregar especias a los cheetos, con el fin de darle un nuevo sabor a la gente y atraer a la comunidad latina; pero para lograr eso, deberá enfretar nuevos abusos y segregación.
Como se puede ver, Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia toma la trama básica de las historias de superación, sobretodo de las que tienen a minorías o gente de bajos recursos como protagonistas.
Si bien se basa en una historia real, la película rápidamente se pierde en el espectáculo hollywoodense, dejando de lado la parte histórica del mismos.
Esto debido a que en Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia, a pesar de que se muestra y argumentan múltiples veces las limitaciones de Richard, en realidad nunca se hacen patentes.

Como en buena película estadounidense promedio, todo parece resolverse de maneras mágicas, con “el poder de las ganas y el amor”, más que un gran esfuerzo o una oportunidad única.
Lo cual se denota sobretodo en el ritmo que tiene Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia, y del cual hablaremos ahora.
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia no sobresale debido a sus omisiones
El problema de Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia es que quiere ir directamente al momento de éxito, que se olvida de todo el proceso detrás de esto.
Se nos habla del abuso del padre; pero esto apenas si es una mención. Se habla del racismo; pero este no es tan remarcado, pues incluso personajes que lo esgrimen se olvidan de el escenas más tarde.
Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia también pone a la esposa de Richard Montanez, Judy, como parte importante de su desarrollo como persona; pero omite todo el trasfondo de la relación.
Vamos, que si los mismos personajes no te lo dicen, en realidad no pensarías que Richard tenía las posibilidades en su contra, más allá del promedio de cualquier otra persona, no importando la etnia.

Curiosamente esto hace que la obra pierda sabor, y quede como cualquier otra obra génerica de superación que Hollywood ha producido desde hace décadas.
Es cierto que no se trata de hacer un documental con Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia; pero tampoco se tenía que infantilizar todo el contexto alrededor de Montanez.
Lo importante de estas películas es ver cómo el personaje no tiene en realidad ninguna oportunidad de ganar, eso es lo que logra que conectes con él.
Aquí al no tener ese elemento sofocante que podría acabar con nuestro héroe, dejamos de preocuparnos por él, pues no hay nada que nos indique que realmente puede fracasar.

Creando un desapego emocional hacía el filme, que a lo mucho te provoca una sensación de ternura momentanea porque ves cómo se crea un nuevo sabor de cheetos.
¿Vale la pena Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia?
Como película para pasar el rato, Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia es una muy buena opción, pues te cuenta un relato digerible y las dos horas que dura no son pesadas.
Además que al estar en Star+, hace que Flamin’ Hot: El sabor que cambió la historia sea de más fácil acceso para casi todo mundo.
Ahora que si buscas un relato biográfico bien contando, esta no es la película adecuada, pues fuera de la premisa principal, todo lo demás esta permeado de fantasía hollywoodense.
Que si bien esta es aceptable para narrar una buena historia, en este caso se abuso de ese recurso, dejando una obra que no aporta mucho a un genero tan gastado.