Transformers: El Despertar de las Bestias es la segunda película de esta nueva etapa de la franquicia tras la salida de Michael Bay de 58 años, de la misma.
Si bien el director llevó al estrellato a los robots en la primera década de los 2000, poco a poco su fórmula se fue agotando.
Es por ello que Paramount y Hasbro decidieron reiniciar todo con una nueva continuidad con Bumblebee y Transformers: El Despertar de las Bestias.
Podemos decir que fue la mejor decisión, pues tenemos la película que todos los fans de los Transformers clásicos siempre desearon.
¿De qué trata Transformers: El Despertar de las Bestias?
Transformers: El Despertar de las Bestias nos presenta a Noah y Elena, dos humanos que por azares del destino se ven involucrados en la lucha entre robots alienígenas.
El primero tras “entrar por error” en Mirage, uno de los aliados de Optimus Prime, la segunda al descubrir un artefacto que pertenecía a los Maximals.
Las cosas se complican cuando descubren que dicho artefacto es deseado por Unicron, un ente devorador de planetas; por lo que envía a los Terrorcons por él.
Ahora humanos, Maximals y Autobots deberán de unirse para evitar que la Tierra sea destruida.
Transformers: El Despertar de las Bestias nos da una trama interesante y sin muchas complicaciones, lo que uno espera de una película de este tipo.
A pesar de que parece mucha información que procesar, Paramount logra darle sentido a todo entregando una obra bastante entretenida, con fan service.
Sobre todo al mostrar la esperada unión de los dos Optimus, algo que los fans esperaban desde los 90′s; cumpliendo con toda la expectativa.
Además de que se toma a los Transformers como el eje central de toda la historia, con la trama de los humanos mezclándose bien con la de los robots, algo que Michael Bay nunca logró.
Noah de Anthony Ramos (31 años) y la Elena de Dominique Fishback (32 años), lucen en sus escenas, siendo ese puente con la humanidad, así como los que al final logran la unión de los robots.
Además de ser bastante carismáticos, teniendo muy buenas interacciones con los Transformers, sobre todo el primero.
Podemos decir que Transformers: El Despertar de las Bestias respeta la esencia de las caricaturas de los 80′s, donde se mostraba este choque y reconciliación de mundos.
¿Cómo se ve Transformers: El Despertar de las Bestias?
Pero bueno, lo que a muchos les importa de Transformers: El Despertar de las Bestias es si la acción se ve bien; y sí, es espectacular.
En este mundo donde el CGI en películas millonarias es horrible en cada entrega, Transformers: El Despertar de las Bestias destaca sobre todos.
Los efectos especiales son muy buenos en una película donde la acción nunca para.
La muestra de ello es que no se abusa del recurso de oscurecer la imagen para bajar la calidad del CGI. Tenemos escenas muy bien iluminadas que mantienen la animación fluida y no desentona.
Esto hace que puedas meterte de lleno en la fantasía, pues no hay nada que te saque de la misma, manteniendo la verosimilitud necesaria para estas obras.
Sólo hay una parte donde se puede decir que sí hay un bajón, y es en las escenas en Machu Picchu, pues se nota que los robots están insertos en el escenario.
Probablemente porque las autoridades de Perú no permitieron a Paramount alterar las ruinas, por razones de preservación.
¿Vale la pena Transformers: El Despertar de las Bestias?
Transformers: El Despertar de las Bestias es una película bastante entretenida, que sabe dónde apelar a la nostalgia y donde avanzar hacia algo nuevo.
Si bien mantiene algo del estilo estridente de Michael Bay, se le da un mejor desarrollo a los personajes y una trama más interesante a robots y humanos.
Dejando el protagonismo en los líderes Autobot y Maximal, con lo humanos como ancla para la narrativa.
Es cierto que mantiene algunas bromas “adolescentes” y personajes molestos como en antaño; pero hasta eso está mejor manejado en esta entrega.
Seas o no fan, Transformers: El Despertar de las Bestias es una apuesta segura si lo que quieres es ver una buena película de acción, con un poco de ciencia ficción.