Mónica Marbán, administradora del teatro de Silvia Pinal, no quiere pleitos con su familia, por lo que dejará su gestión ahora que Luis Enrique quiere apropiarse del recinto.
En una entrevista brindada a la revista TVyNovelas, Mónica Marbán confirma que hace unos días, Luis Enrique, hijo de Silvia Pinal, le pidió el teatro de la diva del cine mexicano y es que de pronto le nació el interés por él.
Luis Enrique exige a Mónica Marbán que le entregue el teatro de Silvia Pinal
“Hablé con mis hermanas y quiero que ya me entregues el teatro”, le dijo Luis Enrique a Mónica Marbán, a principios del mes de enero, cuando ésta se encontraba en casa de Silvia Pinal.
Petición a la que no se negó la administradora, por el contrario, la aceptó y de inmediato quiso saber cómo sería el tema de su liquidación, palabra que molestó al hijo de Silvia Pinal y Enrique Guzmán.
Por su parte, Silvia Pinal no opinó, ni defendió a su amiga ni mucho menos cuestionó a su hijo, solo lo aceptó. “Espero que todo salga bien”, le dijo a Mónica Marbán, quien durante 28 años estuvo al frente de la administración del teatro.
La administradora del teatro, Mónica Marbán, entregará cuentas únicamente a Silvia Pinal
Mónica Marbán asegura que durante 28 años nunca tuvo problemas con Silvia Pinal, por lo que respeta su decisión, entregará el teatro a Luis Enrique, a quien dice le nació la ambición cuando se casó y tuvo un hijo.
Sin embargo, deja claro que dará cuentas a Silvia Pinal, al abogado de ésta, a su contador pero no a Luis Enrique Guzmán, quien en 25 años solo se ha parado dos veces en el teatro y además, en el pasado, la acusó de hablar mal de la familia.
“Yo le voy a entregar el teatro a un contador y a un abogado, es decir, estarán mi abogado, su abogado y el contador que conozco desde hace 30 años, que es el que maneja las cuentas de la señora Pinal”, explica la administradora.
Y sin más, aunque lamenta que de esta forma concluya su relación con Silvia Pinal, dice que no peleará por dinero ya que espera que la veterana actriz le proporcione la compensación que se merece y que se pueda llegar a un acuerdo.
“No estoy en plan de irme a un pleito (legal), no tengo edad ni ganas”, dice y agradece que sus hijos la apoyen y procuren.