Chingu Amiga -de 33 años de edad- se vuelve blanco de críticas por lucrar con mexicanos deportados de Estados Unidos.
El 2 de marzo, Chingu Amiga publicó un video en su canal de YouTube con el título: “La deportaron de EEUU y la dejaron sin nada en México. Fui ayudarla”.
Los seguidores y detractores de la influencer coreana comenzaron atacarla, pues aseguran que se aprovechó de una tragedia para generar vsitas.
Acusan a Chingu Amiga de aprovecharse de las desgracias de los mexicanos para obtener visitas
Chingu Amiga compartió en su video la historia de Erika, una mujer mexicana que trabajaba en Estados Unidos y fue deportada.
La influencer mostró las condiciones en que vivía Erika y sus hijos en una casa hecha de carrizos.
Erika narra que llegó a Estados Unidos tras pedir asilo político en 2024 y comenzó a vivir en este país.
Autoridades de Estados Unidos tenían todos los datos de Erika y aprovecharon esto para deportarla tras el inicio del nuevo gobierno.
Erika y sus hijos fueron deportados a Tamaulipas y tuvieron que viajar a Oaxaca por su cuenta,
Tras escuchar la historia de Erika, Chingu Amiga prometió ayudarla y le regaló algunos muebles, así como alimentos.
Además, Chingu Amiga envió los donativos de algunos de sus amigos para Erikay sus dos hijos.
Usuarios de redes sociales y YouTube comenzaron a criticar a Chingu Amiga, por buscar visitas tras exponer la vulnerabilidad de una familia deportada.
Video de Chingu Amiga divide opiniones en redes sociales
Los seguidores de Chingu Amiga comenzaron a atacarla, por monetizar con la historias de una familia mexicana.
“Tuviste la oportunidad de lucrar con una familia” y “Todo lo que tienes que hacer por monetizar” fueron algunas de las críticas.
Otros usuarios de redes sociales pidieron que dejaran a Chingu Amiga en paz, pues sólo buscaba ayudar.
Lo que más molestó a los detractores de Chingu Amiga, es que haya expuesto a la familia de migrantes deportados.
Pues creen que si Chingu Amiga hubiera querido ayudar en verdad, no lo habría expuesto en su canal de YouTube.
