Galilea Montijo, de 50 años de edad, recordó cuando Fernando Reina Iglesias, de 46 años, aventó a su hijo de La Quebrada en Acapulco.
Galilea Montijo y sus compañeras del programa Netas Divinas recordaron lo mal que la pasaron cuando sus hijos aprendieron a nadar.
En el caso de Galilea Montijo, la angustia fue mayor porque confesó que no sabe nadar y que se sentía impotente cuando su hijo Mateo la miraba suplicándole ayuda en la alberca.
Lo bueno de todo, según la conductora, es que su hijo también cuenta con su padre, Fernando Reina Iglesias, quien ha fomentado su autoconfianza al extremo.
Y es que, Galilea Montijo reveló que su ex esposo hizo que su hijo se aventara de La Quebrada, uno de los lugares más hermosos y peligrosos de Acapulco.
Galilea Montijo recuerda el sufrimiento que vivió cuando su hijo aprendió a nadar
Galilea Montijo recordó que cuando su hijo aprendía a nadar, vivía un drama en la piscina.
No sólo porque su hijo tenía miedo, también porque ella misma sólo se siente segura en la alberca cuando sus pies tocan el suelo.
Es por ello que conforme fueron pasando las clases de su hijo y él logró contener su miedo, tuvo que pedirle que se fuera del lugar para evitar transmitirle sus inseguridades a Mateo.
Galilea Montijo cuenta la vez que su ex “aventó” a su hijo de La Quebrada
Ahora, Galilea Montijo celebra que su hijo sea un excelente nadador. Tanto, que incluso en mar abierto no teme sumergirse y practicar deportes acuáticos.
La seguridad de su hijo en el agua, confesó Galilea Montijo, se la debe en gran parte al apoyo de su ex esposo, quien lo ha impulsado a vencer sus miedos.
Aunque a veces ese apoyo ha sido algo extremo, reveló la también actriz, quien contó que Fernando Reina Iglesias hizo que su hijo se aventara de La Quebrada, en Acapulco.
Galilea Montijo precisó que su hijo se aventó de la parte más baja, lo que sin embargo también es muy riesgoso.
Pues en el lugar hay muchas rocas y los clavadistas deben saber exactamente cuándo lanzarse para que el agua amortigüe la caída.
La conductora dijo que ella no pudo presenciar el clavado de su hijo, pero lo supo al instante ya que su entonces esposo le llamó por teléfono cuando su hijo ya estaba en el agua.