Gomita les agradece el apoyo y reafirma que no la van a ver tumbada, en respuesta a la atención que sus fans y los medios le están brindando ahora que reveló haber sufrido violencia por parte de su padre.
Por medio de sus historias de Instagram, Araceli Ordaz asegura que dará su mejor cara a todo su público en respuesta al apoyo que le estén mostrando varios de sus amigos que hoy son como su familia.
Y es que hoy más que nunca sabe que no está sola pues no deja de recibir llamadas y mensajes de personas que se encuentran preocupadas por si situación.
Razón por la que pide a los medios de comunicación comprenderla ya que no puede dar detalles de la violencia que sufrió por parte de su padre ya que “es un tema que se tiene que hacer legalmente”.
Así como asegura recurrirá a la ley para que se haga justicia. Cabe mencionar que actualmente, Alfredo Ordaz Bajaras no puede acercase a la animadora debido a que tiene una orden de restricción en su contra.
Gomita explica por qué hizo públicas las agresiones de su padre
Con una sonrisa en el rostro, Gomita explica por qué hizo públicas las agresiones de su padre y es que quiso compartir su situación para que las víctimas de violencia doméstica vean que no están solas, “que no son las únicas que están pasando por eso”.
Y que pese a los malos ratos y días difíciles no la van a ver tumbada sino todo lo contrario: “soy una mujer que vive sola y que tiene que sacarse adelante sola y pues ni modo así es la vida”, señala.
Sobre todo, Gomita se promete mantener una buena actitud pues no cuenta con el apoyo de algunos de sus seres queridos; sin embargo, no aclara si se refiere a sus hermanos o a su madre.
Gomita teme por su seguridad
Finalmente, tras agradecer el apoyo de sus seguidores e insistir que su sonrisa no desaparecerá así como continuará trabajando, no lo oculta, Gomita teme por su seguridad.
“Cualquier cosa que me llegue a pasar quiero que se haga justicia”, dice y explica que se siente intranquila tras haber revelado haber sido violentada por su padre.
No obstante confía en que Dios, sus amigos y las autoridades ayuden a que se haga justicia.