Carlos Ballarta pone punto final al debate sobre Chespirito; “fue un comediante anacrónico” asegura el standupero en un texto publicado en The Washington Post.
Para dar fin a la polémica, en el diario The Washington Post, Carlos Ballarta publicó un texto en donde argumenta con detalles los dichos por lo que sostiene que Chespirito no fue un buen comediante.
En la opinión de Carlos Ballarta, aseguró que el legado de Chespirito en la comedia, pese a que no puede ser ignorado ni cancelado, sí debe ser revisado a trasfondo.
Dando contexto, Carlos Ballarte dijo esta vez que Chispirito ha sido uno de los comediante en donde hay más malas acciones detrás de toda su magnitud artística que tuvo en Latinoamérica.
En referencia a su pasado siendo sobrino de uno de los peores presidente del México Gustavo Díaz Ordaz, autor de la matanza estudiantil de Tlatelolco de 1968, así como un arduo defensor a la no legalización del aborto.
Además, en el contexto histórico en el que vivía, Carlos Ballarta aseguró que él no hubiera asistido a un evento por invitación del régimen de Augusto Pinochet como lo hizo Chespirito.
Argumentando que un artista debería ser primero más humano, antes de rendirse a los intereses monetarios, como lo hizo Chespirito.
Carlos Ballarta: Chespirito no es un legado digno de celebrar
Carlos Ballarta: Chespirito no es un legado digno de celebrar, ante todo lo argumentado, el standupero opinó que no es de quien deberíamos estar orgullosos como creadores de la comedia.
Ya que no sólo optó por llevar su comedia a donde fuera sin ver más allá de lo que pasaba, sino también fue parte de lo que Televisa dictaba en aquella época, en donde las producciones eran hechas para la llamada “clase modesta muy jodida”.
Por lo que Carlos Ballarte vuelve a preguntar a los lectores y demás gente del medio, si en verdad vale la pena seguir consumiendo y admirando ese tipo de comedia.
Aunque también dijo respetar quien lo quiera hacer, opinó que los artistas del siglo XXI no pueden seguir celebrando el legado de Chespirito, pero sí puede ser un recordatorio de lo que no se puede volver hacer con el público.