Verónica Macías, quien tuvo una participación en el documental “El show: crónica de un asesinato”, recordó cómo era Paco Stanley fuera de la televisión.
Y es que el documental de Paco Stanley, el cual se puede ver en ViX, está dividiendo opiniones.
Ya que además de abordar el asesinato del presentador, ocurrido el 7 de junio de 1999, expone su polémica personalidad.
Por lo que Verónica Macías, de 53 años de edad, llegó a TV Azteca para hablar de cómo fue Paco Stanley con ella fuera de la televisión.
Verónica Macías, amiga de Paco Stanley, lo recuerda con cariño
Verónica Macías recuerda haber conocido a Paco Stanley en 1988, año en el que él le dio la oportunidad de ingresar a la pantalla chica como co-conductora de un programa.
Por lo que dice siempre estará agradecida con el hombre al que recuerda como un “ser hermoso, alegre” y que siempre se pavoneaba.
“Paco Stanley era una persona preciosa, no tenía mal carácter”, asegura y confiesa que sólo una vez él le gritó y hasta le dijo una grosería, comportamiento que ella dice tuvo razón de ser.
Resulta que a Verónica Macías, Paco Stanley le encargó leer las cartitas que el público del programa Eco les enviaba, por lo que a la hora de agradecer dijo: “Gracias por habernos escribido”.
El conductor se molestó y de tanto enojo que sintió se puso rojo, por lo que en su oficina le gritó y la llamó “pendeja”, algo que ella dice tuvo justificación.
Ya que él le aseguró que pudieron correrlos.
Verónica Macías agradece no haber trabajado con Paco Stanley sus últimos años de vida
Verónica Macías dice no recordar cuándo fue la última vez que vio a Paco Stanley, ya que ambos tomaron caminos diferentes cuando ella trabajó en su programa Llévatelo, que concluyó en 1994.
Debido a que él salió de Televisa y se fue a TV Azteca, no se volvieron a ver aún cuando eran amigos, pues la reportera conoció hasta a sus hijos.
Aunque asegura que siempre lo recordará con cariño y le estará agradecida, dice ser afortunada de no haber trabajado con Paco Stanley el año que murió.
Ya que todos sus colaboradores terminaron embarrados y hasta la cárcel fueron a dar, culpables o no.