Daniel N, conocido como el violador serial de Oceanía, recibió la séptima sentencia en su contra por lo que ya suman 197 años de cárcel por los ataques cometidos en la Ciudad de México (CDMX).
Así lo dio a conocer la titular de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, Ernestina Godoy, quien indicó que también existen otras dos carpetas de investigación en contra del agresor sexual.
En ese sentido, refirió que una de las investigaciones se encuentra en etapa de juicio y la otra en etapa intermedia; además, mencionó que podrían irse sumando más denuncias en su contra.
Dan séptima sentencia a Daniel N, violador serial de Oceanía
De acuerdo con la información de la Fiscal de CDMX, el violador serial de Oceanía recibió su séptima sentencia, ahora por la violación y robo a una menor cometidos en 2002 en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Conforme a lo indicado, en septiembre de 2002, Daniel “N” violó a una adolescente en el parque conocido como “Torre 8″, en San Juan de Aragón, en la alcaldía señalada.
Se compartió que la víctima se encontraba con un amigo cuando el agresor los amenazó con un arma punzocortante para que entraran a los arbustos, lugar donde cometió el crimen.
Por ello, el sujeto obtuvo 22 años y seis meses más de pena, y sumado a las otras condenas imputadas al sentenciado, hacen un total de 197 años y dos meses que deberá pasar en prisión.
Autoridades CDMX señalan el modus operandi del violador serial de Oceanía
Del mismo modo, la Fiscal de la CMDX compartió que el modus operandi del violador serial de Oceanía consistía en agredir sexualmente a sus víctimas en parques y zonas poco concurridas de San Juan de Aragón.
Cabe destacar que en febrero de este 2023, Daniel N también recibió otra sentencia por 25 años de cárcel, al comprobarse su culpabilidad en un delito ocurrido en noviembre de 2021.
Pues el 10 de noviembre interceptó a tres mujeres en calles de la colonia Simón Bolívar, en la alcaldía Venustiano Carranza, y con una navaja amagó a dos de ellas y las desapoderó de sus teléfonos celulares.
Luego, obligó a las tres víctimas a caminar a un lugar solitario, donde les hizo tocamientos, amenazándolas en todo momento con el arma blanca.