México.- En Guanajuato el manto acuífero La Independencia que abastecía a las comunidades de dicha región semidesértica, disminuyó su volumen a tal grado que los 300 pozos ya no extraen aguas superficiales y ahora se debe excavar hasta a 300 metros de profundidad, lo que derivó en el consumo de agua con flúor y arsénico.
César Arias de la Canal, especialista en el tema, subrayó que la crisis del agua se encuentra presente, pues decenas de manantiales se han secado sin que alguien atienda su desaparición.
La bióloga María Deogracias Ortiz ha documentado en diversos trabajos académicos nacionales e internacionales llevados a cabo hace 25 años, el hecho de que en más de 20 entidades de México se consume como potable agua entubada con cantidades de arsénico y flúor por arriba de la norma oficial.
En Guanajuato, Durango y San Luis Potosí el nivel de flúor presente en el agua se encuentra por encima de 1.5 miligramos por litro, lo cual se establece como el máximo aceptable y que queda evidenciado en daños a la salud tales como la fluorosis dental, afecciones en los neurotransmisores del cerebro y daños en los huesos en diversas comunidades.
Tan sólo en Guanajuato se tienen registrados 40 mil a 50 mil casos de fluorosis dental que se manifiesta con el oscurecimiento de la dentadura, mientras la Asociación Médico Dental de San Miguel reconoce que siete de cada 10 niños que atienden presentan una acumulación irreversible.
Hay estados con comunidades donde se consume agua contaminada en dos o hasta tres veces más que lo estipulado por la normal oficial de concentración de arsénico, como ejemplo están la Comarca Lagunera en Coahuila y Zimapán en Hidalgo.
La investigación de la bióloga han obtenido reconocimiento por parte de la Comisión Nacional del Agua, luego de que un grupo de investigadores detectara que en Campeche se distribuye agua libre de arsénico y flúor.
No sólo estos componentes circulan por las tuberías, también el mercurio en algunas comunidades de San Luis de La Paz.
Arias considera como causas del problema, la extracción masiva de agua por parte de la agroindustria de la región a manos de los Fox y los Usabiaga; a los campos de golf y a los crecientes parques industriales que son vistos por el gobierno local como una solución para el desarrollo.
Desde la administración de Vicente Fox a la fecha el modelo de comunicación del gobierno se basa en la defensa del desarrollo extractivista, la negación y el ocultamiento de información vital y la satanización de los académicos, científicos y activistas que ponen las evidencias sobre la mesa.
Con información de La Jornada