Después del cruel asesinato del perro Benito o Scooby en un cazo de aceite hirviendo el pasado 28 de mayo en Tecámac, Estado de México, sus restos ya fueron incinerados.
Su asesino, Sergio Morales o Sergio Buendía Calde, fue vinculado a proceso con prisión preventiva por el delito de maltrato animal, que se castiga en la entidad mexiquense hasta con 6 años de cárcel, pero podría enfrentar más años por otros cargos criminales.
El perrito Scooby también era conocido como Benito, en referencia al nombre la calle donde lo agredieron “Benito Juárez”.
Restos de Scooby fueron incinerados desde el miércoles pasado
De acuerdo con la fundación ‘Peludos Desamparados’, entrevistados por Reforma, los restos de Scooby fueron incinerados el pasado miércoles 31 de mayo, día que también se llevó a cabo la audiencia inicial de Sergio “N”, quien lloró ante la jueza responsable al ser vinculado a proceso con prisión preventiva.
A pesar de mostrarse arrepentido de sus actos, la jueza consideró como justificada esta medida de prisión preventiva debido a que este hombre representa “un peligro para los animales y para la sociedad en general”, además de que él era un policía en activo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México (CDMX).
Los restos de Scooby fueron incinerados una vez que la Fiscalía de Justicia local informó que ya no existían más detalles técnicos que investigar que se requieran del cuerpo del perrito.
Las cenizas del perrito Scooby fueron captadas por la fundación ‘Peludos Desamparados’, ya que cuenta con un área especial para ello.
La familia que daba comida al perro Benito o Scooby fue apoyada por la misma fundación para que sus otros perros recibieran atención veterinaria adecuada.
Perro Benito o Scooby agonizó por horas y murió de un paro cardiorrespiratorio
De acuerdo con los resultados de la necropsia del perro Benito o Scooby, este agonizó todavía un par de horas más antes de morir.
Pero la causa de muerte del perrito fue un paro cardiorrespiratorio, aunque también tenía graves quemaduras en todo su cuerpo de tercer grado, por lo que no murió al instante de ser arrojado a un caso de aceite hirviendo.
La muerte del can ha sacudido a toda la sociedad en México con llamados a elevar las penas por el maltrato animal.