México.- El “ángel negro” es una escultura de un diablo negro con cuernos grandes a la que le rinden culto en Pachuca, Hidalgo.
Personas que acuden al santuario del “ángel negro” vienen a que les hagan un ritual para pedirle favores o darle las gracias por cumplírselos.
El “ángel negro”, también llamado “patrón” o “diablito”, se encuentra el santuario del Palacio Negro de Luz Bella de la Oscuridad en el Mercado Sonorita, publicó la agencia Cuartoscuro.
Rituales con sangre y sal para el “ángel negro”
Personas a las que aseguran que otros santos les han fallado, acuden al Palacio Negro de Luz Bella de la Oscuridad para rendirle culto al “ángel negro”.
El obispo y creador de esta escultura es Óscar Pelcastre, “el perro”, de 57 años, quien realiza un ritual para quien lo pida y pague.
“Se llama Palacio porque es de tres pisos y representa lo que marca la Biblia, que son los tres ángeles caídos, el número 333 significa Padre, Hijo Espíritu Santo y la Muerte”.
Óscar Pelcastre
Cada primer viernes de mes se le festeja al “ángel negro” con rituales, una comida y objetos como medallas de oro, dinero y hasta fetos de res, señala Cuartoscuro.
Los rituales para el “ángel negro”
Las personas creyentes del “ángel negro” no solo acuden por peticiones malas, también van para solicitarle cosas buenas.
Óscar Pelcastre explicó en un reportaje para Reporte Índigo que hay tres tipos de rituales: limpia, curación y purificación.
Quienes acceden al ritual, deben descubrirse la espalda, les hacen unos cortes en la espalda, los manchan con su propia sangre y les echan cera, alcohol y sal.
El ritual para el “ángel negro” se realiza dentro de un círculo de fuego, dentro de él también dibujan con sal los símbolos de la espalda.
El obispo y fundador dice que estos símbolos, que sirven como protección, son para abrir el portal para la presencia del “ángel negro”.
La fotógrafa Erin Lee, quien presenció uno de estos rituales, contó para Vice que todo lo que está en el santuario, desde el lugar hasta los objetos, se ha construido con base en donaciones de las personas creyentes.
En 2015 uno de estos rituales tenía un costo de entre mil 500 y 5 mil pesos.