México.- En 2009, Esmeralda, de entonces 14 años de edad, desapareció cuando iba rumbo a su escuela, la secundaria técnica 78 en Ciudad Juárez, Chihuahua. A partir de entonces, su padre José Luis Castillo y su madre Martha Alicia Rincón iniciaron un “viacrucis” en busca de su hija, en el que se han topado con el olvido y el desdén de las autoridades.
A 10 años de que a Esmeralda se “la tragara la tierra”, José Luis sigue luchando para encontrar a su hija.
“No me olviden, falto yo, Esmeralda”, señalaba la lona que José Luis cargaba consigo durante la marcha del pasado viernes 16 de agosto, en la que mujeres salieron a las calles (en diferentes estados de la República) para exigir un alto a la violencia de género, así como justicia en los miles de casos que como el de su hija, han quedado sepultados en la inacción de las autoridades.
Conmovido, indignado e impotente, pero también fuerte y avivado. Así lucía el rostro de José Luis que quedó plasmado en diferentes fotografías que han sobrecogido a propios y extraños y que son testimonio de su incansable cruzada para dar con el paradero de Esmeralda, la cual llevó a la manifestación en la que mujeres de todo el país, dejaron constancia de sus urgentes exigencias.
¿Cómo decirle a los demás lo que es buscar a una hija?
Una crónica periodística publicada por el diario El Norte, recoge el testimonio de José Luis, en el cual narra el camino “de las denuncias en vano y las antesalas para nada”. Desde entonces, se le ubica no solo por su aguerrida y convencida lucha, sino por ser uno de los pocos hombres en los grupos de familiares de víctimas.
Desde entonces, José Luis sabía que la batalla a favor no solo para dar con el paradero de Esmeralda, sino para poner un alto a las desapariciones, violaciones, acoso y feminicidios, no se trata de un enfrentamiento sólo con las autoridades, sino con una sociedad antipática.
“¿Cómo decirle a los demás lo que es buscar a una hija? ¿Cómo contar que uno teme lo peor y, a la vez, mantiene la esperanza?”, se cuestionaba.
A lo largo de diez, José Luis y su esposa Martha han asistido a marchas, diálogos y mesas de trabajo en las que le han rogado a las autoridades que encuentren a Esmeralda. Hoy, a 10 años, Esmeralda sigue desaparecida.