Un tigre de Bengala mordió a una inspectora de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) porque no estaba sedado; la mujer se encuentra en el hospital.
Los hechos ocurrieron en García, Nuevo León el pasado 3 de agosto, cuando cuatro trabajadores de la Profepa fueron trasladados a la Quinta Santa Rita Exotic Park.
Esto con el fin de verificar la legal procedencia el marcaje de los ejemplares del lugar; sin embargo, cuando la inspectora metió la mano para leer el chip de un tigre de bengala, éste le mordió la mano.
Inspectora de Profepa es hospitalizada tras ser mordida por un tigre no sedado
Por falta de equipo, el tigre de bengala que iba a ser inspeccionado no pudo ser sedado para la revisión de los trabajadores de la Profepa.
De manera que cuando la inspectora, identificada como Jimena de 27 años, ingresó la mano derecha para verificar el chip de identificación del ejemplar, el tigre la mordió.
Por este incidente la inspectora de la Profepa sufrió severas lesiones en dos dedos, mismos que estuvo a punto de perder.
La mujer fue trasladada de emergencia a una clínica particular para recibir la atención médica necesaria y posteriormente fue hospitalizada en un hospital del ISSSTE en Monterrey.
El personal médico logró reconstruirle las partes dañadas, pero se mantiene en espera de que la inspectora de la Profepa se recupere totalmente hasta que pueda movilizar su mano y así pueda regresar a CDMX.
Denuncian negligencia en Profepa; exigen renuncia de Rodolfo Vilchis
Tras la mordida a una inspectora de la Profepa, personal de la dependencia denunciaron negligencia dentro de la institución por falta de equipo, recursos y capacitación ante recursos presupuestales.
Entre los funcionarios señalados se encuentran Rodolfo Vilchis, encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales y Gerardo Uribe, director de Inspección de Vida Silvestre.
Sin embargo, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (Azcarm) exigió la renuncia de Rodolfo Vilchis, ya que lo acusan de ser el responsable de la muerte de trabajadores y animales durante la pandemia de Covid-19.
Pero también por los tigres asegurados en Guerrero, la mordida a la inspectora de la Profepa por falta de equipo y otras denuncias de acoso laboral dentro de la institución.
