México.- La masacre de decenas de personas en Allende, Coahuila, es uno de los episodios más siniestros que ha dejado el crimen organizado en el país.
Si bien, de manera oficial se dice que son 29 personas las desaparecidas, testigos aseguran que habrían sido 300 personas o más las asesinadas por grupos que tomaron la ciudad entre el 18 y el 20 de marzo de 2011.
La Procuraduría de Justicia estatal aseguró que Sergio Alonso Lozano Rodríguez, entonces edil de Allende, se reunió con miembros de “Los Zetas” y estuvo enterado de la masacre que realizarían con familias de la localidad, afirmó.
"Previamente a la comisión de estos hechos, (Lozano Rodríguez) tuvo conocimiento de que los mismos iban a ocurrir toda vez que el exalcalde y otro funcionario de ese momento tuvieron una reunión con el grupo delictivo de ‘Los Zetas’.
"(‘Los Zetas’) les informaron sobre los ilícitos que iban a realizar los subsecuentes días, donde acordaron no intervenir para facilitar su comisión", señala la Procuraduría.
El alcalde fue detenido la mañana del jueves afuera de su domicilio a quien fuera Alcalde de Allende en 2011.
También se determinó que el 20 de marzo de ese año, Lozano Rodríguez fue testigo de que miembros de “Los Zetas” plagiaron a tres personas frente a su domicilio, mismas que fueron llevadas a un rancho para ser ejecutadas.
"Con lujo de violencia privaron de la libertad a tres integrantes de esta familia, para trasladarlos al rancho conocido como Los Garza, ubicado en la carretera Allende-Villa Unión; consintiendo el exalcalde estos actos ya que se encontraba en el exterior de su domicilio, frente al domicilio de la familia Garza", indica la Procuraduría.
Señala que para conseguir la orden de aprehensión, acreditaron que Lozano Rodríguez tuvo responsabilidades penales por dejar de cumplir su función.
"En su calidad de servidor público, Sergio Alonso Lozano Rodríguez tenía el deber jurídico de actuar en función de su cargo, como lo es velar y preservar la seguridad pública", apunta.
Con información de Reforma