Investigadores de la BUAP y el CIBA del IPN trabajan en la creación de alimentos funcionales a partir de cáscara de ajo, flor de Dalia, bagazo de café y caña de azúcar.
Estos subproductos, ricos en antioxidantes, fibra y compuestos antimicrobianos, buscan reducir el desperdicio de alimentos en México, que alcanza cerca de una tercera parte de la producción total.
La investigación de la BUAP, iniciada hace cinco meses, se espera concluir en 2025.
El objetivo es transformar residuos agroindustriales en insumos útiles, en lugar de desecharlos, ya que contienen valiosos compuestos bioactivos presentes en cáscaras, semillas y tallos.

Fases del proyecto de probióticos de la BUAP
El estudio de la BUAP tiene tres etapas: primero, se analizan los compuestos promotores de la salud y su potencial como fuente de nutrientes para probióticos.



Luego, se evalúa su impacto en el crecimiento de microorganismos benéficos y se realizan pruebas en ratones para observar efectos sobre el índice glucémico y el sobrepeso.
Finalmente, se incorporarán en alimentos como helados con pigmentos antioxidantes, humus con cáscara de ajo y recubrimientos comestibles para pechugas de pollo.