Recientemente se hizo viral el video de la persecución que vivió Luis, un mexicano que cruzó la frontera de Nuevo Laredo, Tamaulipas, en el Puente Internacional Juárez Lincoln, para visitar México.
No obstante, durante su historia en TikTok relata la travesía que vivió para llegar a su natal Durango, donde padeció corrupción, intimidación, extorsión e inclusive casi es víctima de la delincuencia organizada.
En SDPnoticias nos dimos a la tarea de entrevistar al mexicano que actualmente, y desde hace 8 años, reside en Nebraska, Estados Unidos, para saber más sobre la terrible historia que vivió en su cruce a México.
En entrevista, Luis relató que en gran parte el apoyo de su esposa fue lo que lo hizo salir de esa situación, pues la calificó como una mujer valiente que lo ayudo en lo posible para no ser interceptados.
“Lo más importante ahí fue mi esposa, porque si ella se asusta o así no sé que hubiera pasado, pero gracias a Dios ella se puso de manera muy valiente”.
Luis, víctima de corrupción y delincuencia en México
Además, dejo ver la falta de confianza al sistema de justicia en México, y la terrible situación que atraviesan los paisanos al tratar de cruzar por Nuevo Laredo, pues acusó que “entrar ahí es pagar”.
Corrupción, extorsión e intimidación en aduana de Nuevo Laredo
Luis relata que todo comenzó en su intentó de cruzar el primer filtro del puente de la aduana ubicada en Piedras Negras, Tamaulipas, cuando un elemento de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza lo hizo pasar sus cosas por una inspección de segundo punto, pese a que no tenía mal record en su historial.
No obstante, la actitud del elemento, aunque le causó extrañez, no fue lo peor, pues a su llegada al segundo filtro de la aduana, atendido por mexicanos, el personal lo intimido para que les diera dinero por su cruce.
Luis señala que los elementos del puente fronterizo le solicitaron dinero a cambio de dejarlo pasar, y que al decirles que no traía efectivo le pidieron que saliera a los cajeros caminando, a lo que él se negó, pues viajaba con su esposa y no la dejaría sola.
Ante ello, los guardias le preguntaron si tenía tarjeta de crédito, él respondió que sí, pero que lo máximo que tenía en ella son 300 dólares, por lo que ellos señalaron que el dinero que tenía no era suficiente para hacer la transacción.
Al notar que en realidad no tenía más recursos, únicamente 3 mil pesos y cerca de 80 dólares en efectivo, los guardias de la aduana le solicitaron dejar todo el dinero en una parte especial del baño y amedrentaron que de no hacerlo, de quedarse con algo de ese dinero, “se lo iban a chingar”.
“Dice: ‘Vas a agarrar todo el dinero que traes en efectivo, todo absolutamente todo, no quiero que te quedes con ningún billete ni nada, vas a entrar al baño de hombres y ahí hay un pañalero, tiene un agujero, quiero que metas todo el dinero ahí, si no metes todo el dinero te vamos a chingar de una u otra manera y de impuestos vas con tu tarjeta de crédito a la ventanilla y pagas 170 dólares, pero todo el efectivo lo vas a echar en el pañalero’”
Guardia de Aduana mexicana en Nuevo Laredo, Tamulipas
Libramiento Monterrey, la carretera propiedad de la delincuencia organizada
Finalmente, Luis logró cruzar la entrada de la frontera hacia México en Nuevo Laredo, tras darle todo su efectivo a los guardias de la Aduana mexicana, y con cerca de 4 horas de retraso por todo lo que lo hicieron pasar.
Sin embargo, su anécdota no termina ahí, pues en el tramo del libramiento que lleva de Nuevo Laredo a la autopista de Monterrey vivió la peor de las situaciones, al ser perseguido por varias camionetas que intentaban cercarlo para hacerlo bajar de su vehículo.
Ante la falta de dinero, pues ya les habían quitado todo en la frontera, Luis y su esposa decidieron no bajarse, pues son conscientes de las terribles historias de desapariciones, robos, secuestros y más que vive México.
Por lo que continuaron su camino, hasta que los vehículos, los cuales transitaban si placas y de manera visible ante patrullas y más personas, hicieron que un tráiler se atravesara en la carretera para cerrar el paso a la camioneta en donde Luis viajaba.
Reaccionando con instinto de supervivencia, la pareja decidió continuar hasta que les fuera posible, y tras pasar el tráiler por un pequeño espacio, observaron que las camionetas cercaron más adelante, y que los tripulantes estaban abajo.
En ese momento, Luis señala, consideraron que era su vida o la de ellos, y que no pudieron reaccionar de otra forma más que aventandoles el vehículo, lo que ocasionó que más adelante comenzarán a chocar sus coches en su contra.
“Yo vi un espacio y mire a mi esposa y me dijo, sabes qué si los tienes que matar mátalos, pero no te pares; aceleré y cuando ya los iba a atropellar brincaron para los lados.”
Luis, víctima de extorsión y persecución en Nuevo Laredo, Tamaulipas
Aunque la víctima del suceso no recuerda el tiempo exacto que pasó durante la persecución, indica que esta termino cuando ingresaron a la autopista a Monterrey, donde encontraron un retén de Policías Federales.
Ahí, señaló el hombre, se detuvieron y contaron que los venían persiguiendo a un policía, quien se rió y les señaló: “no te preocupes, dice, de aquí para allá mandan ellos, pero de aquí para acá nosotros”.
Incredúlo de la situación, Luis y su esposa continuaron su viaje hasta Monterrey, donde pasaron la noche y retomaron su viaje a Durango al siguiente día, asustados de continuar por carretera y exaltados ante la más mínima situación lograron llegar a su destino.
Historias del cruce por Nuevo Laredo ponen a paisanos migrantes en peligro
No obstante, Luis asegura que otra de las situaciones por las que no se bajó del vehículo en el que viajaba, es las terribles historias que le han contado vecinos y amigos de su ciudad, en donde apuntan a robos en Nuevo Laredo.
El hombre señaló que personas han sido víctimas del robo de todas sus pertenencias y vehículos, por las cuales trabajan durante meses para traer un poco de lo que pudieron comprar para sus familias que aún radican en México.
“Duele, porque todo lo que traíamos era un año de esfuerzo de nosotros, a nosotros ya nos había tocado que gente de nuestra ciudad les tuvieron que llevar los de migración de México, que les dieron un aventón porque les quitaron todo, o sea todo les quitaron, dinero, camionetas, todo, fue un instinto de supervivencia.”
Víctima de inseguridad en Nuevo Laredo, México
Inclusive, dijo, en temporada vacacional el cobro por cruzar la frontera ante las practicas de corrupción de las aduanas es de mil dólares, más lo que debes pagar a los delincuentes en Nuevo Laredo para que te dejen continuar tu camino.
Algo que “no se había visto antes”, pues acusó que practicamente los paisanos que viajan de Estados Unidos a México por Nuevo Laredo están financiando al crimen organizado, injusto para quienes tratan de vivir de manera honesta y sin perjudicar a nadie.
“Ahí en Laredo, eso de que te están quitando el dinero solo por venir de Estados Unidos, eso es un abuso a la población en general, porque la gente no tiene nada que ver con sus negocios o lo que tienen que hacer, nosotros no tenemos la culpa, porque estamos prácticamente financiando(...) es muchísimo dinero que uno gana a base de su esfuerzo y eso esta muy mal porque no se había visto antes que fregaran al paisano nomas porque sí y eso es lo que duele.”
Luis, víctima de inseguridad en Nuevo Laredo
La situación, señaló Luis, era mala durante el tiempo de la guerra contra el narco de Felipe Calderón, pues él vivió parte de esa historia; no obstante, apunta que ahora los delincuentes se van sobre las personas que no tienen nada que ver, sobre “la gente de a pie”, lo que le parece injusto.
Pese a todo ello, el hombre que vivió la persecución por delincuentes en Nuevo Laredo dijo que no denunciaría, pues considera que en México el nivel de corrupción es muy alto, inclusive, señaló “alzas la voz para pedir justicia y te la silencían”.
Por último, relató que a un año del suceso que vivió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, su esposa y su hija solo viajan a México en avión y que él lo hace por otras fronteras, pues expuso: “Hasta ese día yo sentía que México era mi casa, pero ahora ya hasta tengo miedo de estar en mi pueblo.”