La Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, realizó un estudió comparativo entre personas con una habitación ordenada y una desordenada. Dicha investigación concluyó en que el pensamiento creativo también puede producirse a través del desorden.

Albert Einstein, consideraba que: ?Si un escritorio desordenado es signo de una mente desordenada, entonces, ¿que podemos pensar de un escritorio que está vació?"

El pensamiento creativo se trata de pensar fuera de las lineas del razonamiento, es decir, lejos de lo 'convencional', por lo que los expertos consideraron que al colocar las cosas fuera del lugar al que estamos acostumbrados se generaría la creatividad. 

Ellos pusieron algunos instrumentos en otro lugar de la habitación, y así, los experimentados, al verse incapaces de organizar las cosas en un lugar determinado, se vieron forzados a encontrar formas más originales para no sentirse tan incómodos dentro del lugar y encontrar los objetos de una manera más sencilla.

Einstein no estaba solo en estos asuntos de los escritorios desordenados; Mark Twain también contaba con uno, quizá más desordenado que el de Einstein, y aún así era una de las mentes más creativas y originales de su generación.

Pero no son los únicos, el escritorio de Steve Jobs es un completo desastre. No es extraño que el fuera el inventor de las iBooks.

Sin embargo, la relación entre creatividad y el desorden no se da de manera casual. Cuando eres desordenado por naturaleza, debes encontrar un punto de equilibrio entre el desastre y la necesidad de limpiar, ya que al reducir de manera drástica la cantidad de desorden que tengas puede que también reduzcas tu capacidad de pensar de manera original.