El pasado domingo 16 de diciembre, se llevó a cabo la gala final de Miss Universo 2018. El evento seguramente pasará a la historia porque en él, las concursantes hablaron sobre salud sexual femenina, legalización de la mariguana con fines medicinales, desigualdad laboral y muchos temas más, pero sin duda, uno de los mensajes que más fuerte se escuchó fue el de Ángela Ponce, la representante de España. 

Ponce, se convirtió en la primera mujer trans en llegar hasta el evento más importante del certamen que reúne a representantes de más de 90 países. Con esa posición desde el principio se encargó de dar un mensaje de respeto, tolerancia e inclusión, aún cuando incluso entre sus contrincantes tuvo detractoras. 

Recomendamos: "El reinado de belleza es para las que nacemos mujeres": Miss Colombia

El sueño se acabó, la lucha sigue

Tras no haber sido elegida entre las 20 semifinalistas, el certamen rindió un homenaje a la modelo y activista nacida en Sevilla, España, con una cápsula que en poco más de tres minutos, hace un recorrido por su vida desde la difícil infancia cuando se enfrentó al bullying, hasta su llegada al concurso de belleza más visto del mundo. 

La cápsula resalta que "Ángela está cambiando la historia", mientras cuenta cómo fue su vida y que uno de sus grandes anhelos era portar un vestido de flamenca, pues aunque desde los seis años baila la danza tradicional de su país, hasta los 17 años portó esta prenda que encajan con su identidad de género. 

Al finalizar el breve homenaje, Ponce apareció caminando a solas por la pasarela, levantó la banda con el nombre de su país y sonrió mientras todo el público le aplaudía de pie.