Seguramente te preguntarás si este 2023 es un año bisiesto, ya que febrero solo tiene 28 días de duración.
Febrero es un mes especial en el calendario por ser muy corto. En ocasiones dispone de 28 o 29 días, dependiendo si se trata de un año bisiesto o no.
Dicha situación suele confundir a las personas porque desconocen cuándo es la celebración de un año bisiesto o en qué consiste.
¿El 2023 es año bisiesto? Febrero solo cuenta con 28 días
El 2023 no es un año bisiesto y la respuesta está en los días que tiene este mes de febrero. Así como lo lees.
Cabe recordar que un año bisiesto es aquel que sucede cada 4 años y se caracterizan por tener un día más, que en este caso es el 29 de febrero.
El último año bisiesto ocurrió en el 2020 y el siguiente será hasta el año 2024. Para saber si a febrero se le añadirá un día más, se tiene que tomar en cuenta lo siguiente:
- Es bisiesto si es divisible entre 4
- Es bisiesto si es divisible entre 400
- No es bisiesto si solo es divisible entre 100
Año bisiesto: ¿Por qué febrero solo dura 28 días?
La razón de que febrero dure solo 28 días y que cada 4 años sea bisiesto, se remonta a la antigua Roma en el siglo VIII a.C.
Cuando se utilizaba el calendario Romulus que contaba con 10 meses. Dicho calendario comenzaba el 1 de marzo, en honor a Marte.
Sería hasta el 732 a.C., cuando el rey Numa Pompilio añadió dos meses más: enero y febrero, con años de 355 días de duración.
La intención al establecer un calendario con 12 meses era alinearlo con las fases de la luna.
Al ser supersticiosos, los romanos querían que los días del año fueran impares.
Para cubrir los 355 días de su año, un mes tenía que ser par, por lo que se estableció que febrero tuviera 28 días y los demás 29 o 31 días.
Sería hasta el mandato de Julio César en el año 45 a.C. y la ayuda del astrónomo Sosígenes de Alejandría, que se elaboró un calendario nuevo con 365 días y seis horas.
Muy similar al egipcio de orden solar.
Los nuevos diez días se repartieron en cada uno de los meses del calendario, sumándole un día más:
Los que tenían 29, ahora tenían 30, y los de 30 pasaron a tener 31. Febrero permaneció igual.
Para evitar el desajuste que existía con el año solar, cada cuatro años haría un año bisiesto.
Es así que se le dieron 29 días en total a febrero, pero únicamente cada cuatro años.