Es probable que en más de una ocasión te haya pasado que abres la puerta del refri y olvidas para qué lo hiciste; bueno esto tiene una explicación y se llama “efecto puerta”.

De acuerdo con varios estudios en psicología, el “efecto puerta” es algo muy real, el cual provoca que el cerebro olvide lo que tenías que hacer cada que cruzas o abres una puerta.

Y no sólo la del refri.

Esto debido a lo que sucede al momento de ir de un lado al otro, que tiene que ver con los hábitos y las acciones mecanizadas.

Cosas que te vamos a explicar en seguida, para que estés muy atento si es que llegas a sufrir nuevamente del “efecto puerta”.

Refrigerador

El “efecto puerta” y su relación con las tareas en diferentes cuartos

De acuerdo con la Universidad de Notre Dame, el “efecto puerta” se da debido a que nuestro cerebro establece tareas específicas para las diversas áreas donde nos encontramos.

Si estás en tu cuarto es posible que tu cerebro establezca que ahí debes de dormir, estudiar, trabajar, cambiarte la ropa o arreglar algunas cosas.

Si vas a la cocina, las “órdenes” son comer o tomar agua.

Pero si estando en tu cuarto tienes la ocurrencia de comer algo, sin tener mucha hambre de por medio, es posible que al llegar a la cocina hayas olvidado esa idea.

Puerta

Debido a que tu cerebro almacenó esa orden para tu habitación, y es casi seguro que si regresas al lugar de origen, recuerdes lo que querías.

De ahí el “efecto puerta”, cada que pasa un umbral, tu cerebro cambia los comandos de acuerdo a lo que necesitas en cada habitación; nuevas ideas serán almacenadas en los compartimientos de dichos cuartos.

Esto aunque no correspondan a las habilidades que necesites en ese lugar (como el comer en tu cuarto, o estudiar en la cocina).

El “efecto puerta” y la jerarquización de prioridades

Sin embargo, la estructura de compartimientos del cerebro no es lo único que llega a provocar el “efecto puerta”; también está la manera en que definimos las prioridades.

El psicólogo Tom Stafford señala que el cerebro funciona de una manera en que establece una jerarquía de prioridades, yendo de lo particular a lo general.

Lo cual hace que podamos realizar acciones en base a hábitos de manera mecánica, como escribir en la computadora sin ver el teclado.

Tu cerebro establece la siguiente estructura de ideas: escribo en un teclado, escribo en la computadora, escribo un artículo/ensayo/post en redes sociales; todo de manera ordenada.

Cerebro humano

Ahora bien, el “efecto puerta” aparece cuando en ese tren de pensamiento se mete una necesidad intempestiva como “tengo hambre”, lo cual rompe este equilibrio.

Sin embargo, al momento de levantarte e ir al refrigerador, tu cerebro se va enredando con más órdenes ajenas a la jerarquía original (escribir un texto).

Cuando llegas al refrigerador y abres la puerta, olvidas para que estás ahí, pues tu cerebro está tan enredado que ya no sabe cuál es el orden correcto de ideas.

De nueva cuenta, cuando regresas a la tarea original, es cuando tu mente reordena todos los comandos y recuerdas por qué fuiste a la cocina.

Tom Stafford señala que por lo general el ser humano logra evitar el “efecto puerta” y la confusión; pero a veces es algo inevitable.

Con información de Universidad de Notre Dame