Son muchas las personas que, para evitar enfermedades, prefieren beber agua embotellada, al considerar que esta se encuentra libre de contaminantes. Grave error.
Un estudio reciente de la Fundación Ellen MacArthur descubrió que un litro de agua envasada puede contener miles microplásticos, un nivel mucho mayor al encontrado en muestras de agua de la llave.
El agua embotellada está menos regulada y monitoreada
Como su nombre lo dice, los microplásticos son piezas de plástico que pueden llegar a medir hasta menos de 5 mm de diámetro.
Estas partículas contienen sustancias químicas tóxicas que pueden afectar la salud humana, la vida silvestre y los entornos naturales.
La razón: por su diminuto tamaño son muy fáciles de ingerir e introducirse en espacios como los mantos freáticos que dotan a la población de agua potable.
El estudio destaca que el agua embotellada se surte de la misma fuente que la gente paga en su casa, pero está menos regulada y monitoreada.
En ese sentido, cita el caso de países como Estados Unidos, donde las compañías de bebidas son las que tratan y prueban el agua que venden, lo que resulta en estándares de calidad inferiores y una inadecuada protección contra la contaminación.
Químicos en botellas de plástico se filtran al agua
Sumado a ello, los autores de la investigación refieren que las botellas en las que se vende el agua están hechas de plástico, material que genera contaminación en cada etapa de su vida: desde la producción hasta la eliminación.
Además, indican, muchos de los plásticos utilizados contienen sustancias químicas que se filtran en el agua y alimentos para, finalmente, acumularse en el sistema biológico humano.
Ante ello, la Fundación Ellen MacArthur lamentó que hoy en día la producción de agua embotellada presente un crecimiento más rápido que nunca antes.
Sólo el 5% de los plásticos se reciclan
Para acentuar la gravedad del problema, el periodista Graeme Wearden, de The Guardian, destacó que a pesar de la creciente demanda, solo el cinco por ciento de los plásticos se reciclan de manera efectiva.
“El 40 por ciento termina en vertederos y un tercio en ecosistemas frágiles como los océanos del mundo”.
Graeme Wearden, periodista.
En 2050 habría más plástico que peces en el mar
Finalmente, el estudio de la Fundación Ellen MacArthur advierte que para 2050 podría haber más plástico que peces en el océano, a menos que los desechos dejen de terminar en las vías fluviales.
En consecuencia, los suministros mundiales de agua corren el riesgo de degradarse cada vez más en calidad y ya que será muy costosos tratarlos con estándares de consumo, sumado a su número cada vez más reducido, se podría generar un choque de intereses entre empresas, autoridades estatales y usuarios locales.
Con información de Notimex.