Cuando hablamos de cáncer de mama, pensamos mucho en los factores genéticos, la alimentación y hasta en algunos productos cosméticos que utilizamos que podrían propiciarlo, pero pocas veces nos atrevemos a aceptar que la mejor forma de prevenirlo es llevando un estilo de vida saludable y eso también implica dormir bien.
De acuerdo con el doctor Reyes Haro Valencia, director del Instituto Mexicano de Medicina Integral del sueño (IMMIS), dormir poco o mal pone en riego nuestra salud ya que la falta de un sueño verdaderamente reparador propicia el desarrollo de diversas enfermedades, entre ellas el cáncer de mama.
A propósito del tema, Reyes Haro dijo que el promedio actual de sueño en mujeres adultas es cercanos a las seis horas y recalcó que esta cantidad es menos de lo que el organismo requiere y que la situación podría afectar el sistema inmune.
Existen cuatro etapas del sueño, dos ligeras y dos profundas; la tercera etapa es muy importante ya que en ella se da la restauración física y la reducción de esta causa inflamación celular y enfermedades crónicas.
“El desequilibrio en el ciclo circadiano, que es el tiempo de reparación de nuestras células durante el sueño afecta al sistema inmunológico que permite la destrucción de las células cancerígenas, por lo tanto, sino se completa el ciclo, las células malignas se desarrollan libremente”, advirtió Reyes Haro.
Además del cáncer, otras enfermedades que podrían aparecer con la privación del sueño adecuado son trastornos en el comportamiento, fatiga, problemas de la personalidad, fatiga, irritabilidad, ansiedad, depresión, problemas de atención y memoria.
Por eso, aunque te resulte de lo más difícil en el día a día, has lo posible por respetar tus horas de sueño.