¿Te ha pasado que besas a esa persona que te gusta mucho y, de pronto, sientes que flotas? Esta sensación es común y no es precisamente porque sus labios sean mágicos. También es posible que sientas un poco de mareo o aturdimiento después de un beso largo y apasionado, pero ¿por qué?
Es verdad que la química entre dos personas influye mucho en esto, pero también se trata de una reacción biológica que comienza a producirse antes de que el beso ocurra, es decir, si tu mente está pensando en el acto, comienza a secretar químicos y hormonas que ayudan al cuerpo a liberarse del estrés, además de aumentar la sensación de bienestar o felicidad.
Ahora imagínate todo lo que pasa cuando tus labios y los suyos se tocan (también ocurre con la combinación de labios y otra parte del cuerpo). En el momento de un beso, cinco de los doce nervios craneales que hay en ti, se entrelazan, esto los hace mucho más sensibles a los estímulos y van lanzando señales que, al llegar a la corteza cerebral liberan un auténtico coctel orgánico.
Con todo este proceso (que obviamente sucede rapidísimo y sin que te des cuenta) se libera dopamina, endorfinas, oxitocina y feniletilamina, entre otras. Sólo para que quede un poco más claro por qué un beso es capaz de hacer que el estrés disminuya y la felicidad aumente, te contamos que hace cada una de estas sustancias.
Feniletilamina: pertenece al grupo de las anfetaminas y es conocida como “la droga del amor” pus estimula el sistema nervioso y hace que se produzca dopamina.
Este neurotransmisor es el que hace que la sensación de hambre disminuya durante el enamoramiento, o que hasta la persona más cansada pierda el sueño cuando está con alguien que le gusta.
Dopamina: un neurotransmisor que produce sensaciones de placer, excitación y relajación. También es el encargado de las sensaciones de motivación y deseo.
Endorfinas: alivian el dolor, producen sensación de bienestar y felicidad.
Oxitocina: famosa por liberarse cuando el cuerpo está sintiendo deseo sexual.