Las niñeras, capítulo de la serie infantil Los Picapiedras: en la primera escena aparece Pedro Picapiedra, quien levanta la olla en la que se está cocinando algún guisado. Siguiente escena, Vilma, esposa de Pedro,  le dice a su esposo que se puede sentar a cenar mientras se encarga de su hija. 

Esta y otros programas son un ejemplo de cómo, durante décadas, las mujeres prehistóricas se han representado dedicándose a las tareas del hogar. Sin embargo, académicos cuestionan si dichas representaciones se asemejan a la realidad de las mujeres de la época de las cavernas.

“En el 2012, en una exposición en Madrid, se representó a una mujer pintando la cueva de Altamira. Supuso un impacto. Se alzó mucho la voz desde la academia. ¿Por qué ponéis a una mujer, si no está comprobado que lo fuera? Bien, tampoco está comprobado que fuera un hombre” , afirma Ana Herranz, investigadora en la Universidad de Jaén.

Retomando a las prehistóricas, Vilma Picapiedra y Betty Mármol, es evidente que se está reforzando el cliché del ama de casa de los años 60. Sin embargo, para Lourdes Prado, profesora de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, “estas caricaturas  al menos son simpáticas, porque en las películas las mujeres suelen ser secundarias o muy sexis”.

La película “Hace un millón de años” es un claro ejemplo de cómo la mujer de las cavernas está influenciada por las concepciones de género que se vislumbran hoy en día, donde la mujer es vista como objeto sexualizado.

Parte del origen de estas nociones se debe a que “la información es producida, principalmente por hombres y este hecho influye en cómo vemos la prehistoria”, explica Assumpció Vila Mitjà, arqueóloga y profesora de investigación jubilada del CSIC. “Los primeros arqueólogos eran hombres blancos, curas, burgueses”, añade Vila.

Estas representaciones están transmitiendo lo que consideramos natural, algo que siempre ha sido así y que no se puede cambiar: la familia nuclear, el enamoramiento, que la mujer se ocupe de cuidar a los hijos y de las tareas de la casa, que siempre han mandado los hombres”, reafirma Vila.

Al margen de esto, las expertas exigen que se tenga mayor cuidado con  las imágenes representativas y que, como mínimo se intente ser lo más inclusivo posible.