Seguramente conoces a alguien cuyo gimnasio se ha vuelto más que una religión, y no hay poder alguno que lo detenga en sus rutinas. Claro, hacer ejercicio moderadamente es bueno, pero exagerarlo puede llevarnos a un trastorno conocido como Bigorexia.
La bigorexia es algo así como una adicción al deporte, y se presenta con frecuencia en aquellos que son vulnerables a la presión social por mantenerse jóvenes y delgados. La bigorexia es detectable en alguien que hace ejercicio todos los días e invade otros segmentos de su vida como la familia o los amigos, e incluso laboralmente, y si tiene que dejar de practicarlo aunque sea por un día, tiene un ataque de estrés.
Aunque a veces se utiliza el término vigorexia para referirnos a la adicción al deporte, existe una diferencia entre los dos términos; la vigorexia supone una obsesión patológica por estar musculado, mientras que la Bigorexia, adicción al deporte afecta a cualquier forma de ejercicio físico.
Los bigoréxicos son adictos a las enforfinas, de ahí que digan que estas sustancias sean consideradas “la droga del deporte”. Según estudios, hay más hombres que mujeres adictos al deporte y que la adicción es más frecuente en deportistas no profesionales que en deportistas profesionales.
Ojo, si superas las 8 horas de ejercicio a la semana, podrías ser bigoréxico y dejar de escuchar las necesidades de tu cuerpo, sufrir lesiones, agotamiento físico y más.
Con información de Yahoo.