Dior siempre se ha caracterizado por ir a la vanguardia en todo, desde sus perfumes, hasta sus prendas y claro, también en su joyería que además está considerada entre las más exclusivas y codiciadas de la industria.
Por eso no nos extraña que de cuando en cuando aparezcan nuevas colecciones tan increíbles que es difícil creer que existan, tal como pasa con 'Teté de Mort' creada por la diseñadora de joyería Victoire de Castellane quien desde el 1998 está a cargo de la dirección artística de la marca.
Con espectaculares colores pastel como protagonistas y algunos mucho más brillantes y llamativos enmarcándolos, las calaveras conforman la que probablemente será una de las colecciones más recordados de la creativa quien paradójicamente asegura haberse inspirado en el amor que Christian Dior tenía por la vida, para estas diminutas obras de arte.
Con el lanzamiento de las gargantillas y anillos de 'Teté de Mort', también se anunció la llegada de la alianza de Dior con los emblemáticos almacenes londinenses 'Harrods'. Luego de varios meses de misterio, hoy por fin sabemos que la joyería de la casa francesa será exhibida en una de sus sucursales y que además, una exclusiva selección de joyas estarán a la venta en un espacio diseñado especialmente para la marca.
"¡Sea lo que sea que haga —por trabajo o por placer—, hágalo con pasión! Viva con pasión", aconseja Christian Dior en su Pequeño diccionario de la moda y es justamente esta máxima la que inspiró la creación los anillos y collares de oro amarillo, rosa y blanco de la colección.
Cargadas con un gran simbolismo y significado, cada pieza tiene algo qué decir. Por ejemplo: el modelo de oro amarillo y amatista decorado con un trébol de granates recuerda a uno de los amuletos de Christian Dior. El modelo de oro blanco y calcedonia azul, está adornado con una corona de muguete, una de las flores fetiches del modisto.
Detrás de la elección de colores se esconde otro enigma, pues cada tono simboliza un estado de ánimo: la fuerza está representada por el azul de la calcedonia; la calma, por el rosa del cuarzo; y el equilibrio, por el violeta de la amatista.