Si eres de los pocos afortunados a quienes no le han puesto el cuerno, entonces tal vez quieras leer esta nota por si algún día te ocurre; si por el contrario, te lo han puesto miles de veces, esta información te ayudará a entender ciertas reacciones ocasionadas por el cerebro.
Aunque no lo creas, el hecho de enterarnos que nos han sido infieles genera un impacto neurológico brutal en el cerebro, el cual trae ciertas consecuencias graves. Y esto es una prueba más para que el dolor y el cuestionamiento del engañado no se minimice.
La interacción entre las experiencias emocionales y consecuencias físicas es un área creciente de interés científico. Durante siglos, hemos visto que una persona percibe y experimenta la felicidad, y el dolor como algo etéreo y separado del cuerpo (y, en muchos casos, por lo tanto menos "real" o "de fiar"). Pero estamos construyendo poco a poco un mapa diferente de las emociones en el siglo 21 que integra a ambos como el hecho de que ser rechazado sentimentalmente estimula la liberación de sustancias químicas hormonales específicas, se involucran ciertos receptores del dolor, efectos adictivos vías neurales y razonamientos a futuro.
Ojo, esto no se aplica a las personas que son poliamorosas o no monógamas, ya que estas reacciones no están conectadas de alguna manera con el acto de estar con alguien además de tu pareja; sino que están vinculados a las consecuencias emocionales de la infidelidad en una relación monógama. Para la persona monógama, tener una pareja que lo engaña ejerce una actividad que se define personalmente como sentir el rechazo, la traición y una disminución de la relación. Para la persona no monógama, el fenómeno de la "compersión", o aprender a obtener placer de la experiencia de un amante con otra persona, crea un ambiente en el que se celebran otras relaciones más que una causa de celos. El sufrimiento de nuestro cerebro y malestar en torno a la infidelidad se deriva de nuestro sistema de valores;cambiar el sistema de valores, y el impacto es diferente.
Aquí hay cinco maneras de cómo nuestro cerebro reacciona a la infidelidad:
1. experimentar dolor físico
Éste no es específicamente sobre la infidelidad; Más bien, cualquier tipo de angustia puede inducir dolor. Resulta que las rupturas y las traiciones románticas son tanto emocional y como físicamente dolorosas porque activan las partes de nuestro cerebro que reaccionan a la incomodidad física.
El estudio que lo confirma se llevó a cabo por la Universidad de Michigan, y fue tal vez un poco cruel e inusual: los investigadores examinaron los escáneres cerebrales de los voluntarios, quienes experimentaron una quemadura física leve, y luego vieron las fotos de sus ex. ¿El resultado? Las mismas partes del cerebro - la corteza somatosensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior - se iluminaron en ambos casos. Estas áreas están conectadas al tratamiento de las sensaciones de dolor, y parece que también son parte de nuestra incomodidad en la "exclusión social" o "rechazo", ya sea por amigos o por una pareja.
2. Nuestro género influye en nuestra reacción a Infidelidades
Resulta que nuestras respuestas físicas a la infidelidad en las relaciones están mediadas por el género. Un estudio realizado en Toronto en el 2009 analizó a 130 personas; los investigadores pensaron que los hombres se sienten más culpables sobre la práctica de la trampa emocional y que las mujeres se sentirían más culpables de la infidelidad sexual. Desafortunadamente para ellos, los resultados fueron exactamente al revés: los hombres sentían mucho más remordimiento y miseria sobre la infidelidad sexual, mientras que las mujeres ese molestaban más por una infidelidad emocional, independientemente de contacto sexual.
Algunos han teorizado que la extrema preocupación masculina se basa en la evolución, algo que algunos investigadores llaman “ansiedad paterna”. Esto surge con la idea de que los varones humanos no tienen forma real de saber si un niño es suyo hasta el nacimiento, por lo que se muestran más angustiados, lo mismo aplica con las redes sociales modernas…
3. Se siente como si rompieras una adicción
Tras enterarte de una infidelidad, nuestro cerebro reacciona como te hubieran cortado algo a lo que generaste una adicción intensa. El amor es al cerebro algo tan adictivo como la cocaína. Como explica la Universidad de California en Berkeley, la experiencia del amor, sobre todo en sus primeras etapas intensas,sigue las mismas vías de recompensa en el cerebro como la fiebre de una sustancia adictiva. Las personas que están realmente enamoradas muestran fuertes reacciones en el núcleo caudado, que libera grandes cantidades de productos químicos para sentirse bien y motiva comportamientos que tratan de conseguir otra "solución". Si esa solución se elimina, el cuerpo reacciona de la misma manera que lo haría si quieres dejar la nicotina.
4. Se pueden desarrollar cavilaciones y obsesiones
Las mujeres en particular, responden a los asuntos con una práctica psicológica llamada "rumiación”. Psychology Today lo define como "la tendencia a pensar de manera repetitiva sobre las causas, factores de la situación, y las consecuencias de la experiencia emocional negativa de uno". O sea, la rumia es lo que hace que pregunte una y otra y otra vez cómo fue, cuándo la conociste y demás, con la intención de entender mejor las cosas.
Parte de la razón por la que tienden a rumiar es la naturaleza adictiva del amor y nuestra respuesta a su traición o remoción. Un estudio realizado en 15 cerebros adultos realizada por el Albert Einstein College of Medicine, encontró que las personas que estaban en conflicto con una pareja a la que amaban pero que solamente habían roto con ellos, activaron áreas del cerebro relacionadas con la dopamina y la adicción. El resultado mostró "antojos", o un retorno obsesivo a los mismos pensamientos una y otra vez; en el caso de la infidelidad, obsesionado con la traición no es inusual en lo más mínimo.
De acuerdo a estudios psicológicos, las mujeres también son más propensas a rumiar que los hombres; esto puede deberse a que las mujeres en general tienden a sentir más responsabilidad por el "tono emocional" de las relaciones. En otras palabras, estamos culturalmente condicionados a creer que parcialmente es nuestra culpa.
5. Tomar mejores decisiones a futuro
Las infidelidades no siempre tienen un lado brillante, pero según otro estudio, aprendemos cosas positivas tras un engaño . El estudio preguntó a 5.705 mujeres en 96 países sobre las consecuencias de una disolución en su relación, donde hubo infidelidad. Entre seis meses y un año más tarde, las mujeres en esta situación dijeron haber encontrado “una luz en la oscuridad” que las llevó a elegir de mejor manera a una pareja.
"La elección de pareja" es uno de los fundamentos de la vida; es la forma en la que decidimos con quien podremos pasar nuestra vida. Desde la evaluación de sus hábitos financieros, hasta términos de infidelidad que mejoran los criterios de selección / elección de pareja. Así que ya saben, el ser engañado deja un gran aprendizaje.