María Cumplido Cabello es una joven científica de 28 años que recientemente resolvió un problema matemático de hace 20 años, con lo que se ha convertido en una de las ganadoras de los premios de Matemáticas Vicent Caselles que otorga la Real Sociedad Matemática Española en conjunto con la Fundación BBVA.

Lo anterior gracias a su investigación de tesis doctoral que presentó en la Universidad francesa de Rennes, donde aplica resultados geométricos, conocidos como trenzas, a contextos algebraicos. Estos grupos de trenzas forman parte de otra agrupación más amplia de objetos matemáticos llamada de Artin, del que se conoce muy poco.

Es por ello que la cordobesa considera que su trabajo puede tener importantes aplicaciones prácticas, por ejemplo en la seguridad informática. No obstante, también piensa que la pandemia por coronavirus ha servido para poner de manifiesto la importancia de las matemáticas aplicadas a la vida diaria.

"Hacen creer a los niños que el cerebro de las mujeres es distinto y que no pueden tener el mismo nivel de matemáticas. Mi director de tesis me repetía sin cesar cuando lloraba que, por supuesto, valía y mucho"

María Cumplido Cabello, científica

Esto, debido a que a una población que no sabe de matemáticas es muy fácil engañarla, basta con ponerle una estadística por delante sin analizar bien los datos, explica Cumplido Cabello: "Es como si enseñaras un texto en un idioma que la población no conoce y te inventaras la traducción", dice.

Pero a pesar de tratarse una de las mentes más brillantes en el campo de las Matemáticas Puras, confiesa que ha tenido problemas de autoestima, a veces causados por otras personas, así como problemas para valorar sus capacidades como científica. Asimismo, su actual empleo como investigadora post-doctoral de la Universidad Heriot-Watt es mal pagado.

"Estoy convencida de que, si en vez de ser una chica, hubiese sido un chico, no habría pasado por lo mismo. Le he enseñado la noticia a mi hija y me ha contestado: 'Entonces, mamá, ¿es cierto que las chicas también podemos ser científicas?'", contó María, quien argumenta haber salido de España a Edimburgo por falta de oportunidades.