Cuando se trata de cocinar algo delicioso, hay que tener en cuenta la importancia de dedicarle tiempo, paciencia y cuidado a cada paso para que todo salga perfecto. Eso lo sabe muy bien un pequeño restaurante en Bangkok que lleva nada más y nada menos que 45 años cocinando una sopa.
Watanna Panich es el nombre del famoso comercio local en el que puedes sentarte a comer el que probablemente sea el plato más longevo del mundo, un plato de Neua Tune, que hace más de cuatro décadas comenzó a cocinarse y desde entonces, se mantiene siempre listo para alimentar a la gente.
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Pensar en que algún alimento pueda llevar tanto tiempo sobre el fuego resulta prácticamente inverosímil, pero te contamos cómo es que esto ha funcionado:
Foto: Tomada de Video.
Hace 45 años, los cocineros del negocio familiar, prepararon una sopa a base de verduras, carne de res y algunas vísceras que se consumen de forma cotidiana en Bangkok. Al finalizar el día, colaron el caldo que quedaba y lo guardaron; al día siguiente lo volvieron a poner en la olla y agregaron ingredientes frescos, al terminar la jornada la rutina se repitió.
Así ha sucedido durante más de 16 mil días gracias a una antigua técnica de cocina conocido como Hunter’s Stew, que podría traducirse como “El estofado del cazador”. Y como podrás imaginarte, es capaz de crear aromas y sabores únicos.
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Una sopa con historia
Watanna Panich es un restaurante familiar comandado actualmente Nattapong Kaweenuntawong, quien es el representante de la tercera generación de celadores de la sopa. Por las mañanas, la madre de Nattapong hace todo lo necesario para que el platillo estrella esté listo cuando los comensales lleguen.
En la tarde, la esposa de Nattapong toma el control de todo y se encarga junto con él de atender a los parroquianos, al mismo tempo que inician con las preparaciones para el manjar del día siguiente.
Por si alguien duda de la antigüedad de esta tradición, hay una prueba que se ha formado alrededor de la olla en donde cocinan la sopa; se trata de un anillo color marrón que mide al menos 10 centímetros de altura y se hizo por el goteo y las salpicaduras del concentrado caldo.