Basta con observar los cambios en nuestra familia o en nuestros círculos sociales cercanos para darnos cuenta de que muchos hábitos cambiaron durante la pandemia de Covid-19, y desafortunadamente no todos lo hicieron para bien; entre ellos está el aumento del sedentarismo y el consumo de alimentos con grasas saturadas, que pueden derivar en mayores riesgos de enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con expresidentes de la Asociación Mexicana para la Prevención de la Aterosclerosis y sus Complicaciones (AMPAC), el confinamiento hizo que la población cambiara su estilo de vida de forma relevante.
El Instituto Nacional de Cardiología indica que cuatro de cada 10 adultos mexicanos tienen el colesterol alto (LDL por sus siglas en inglés), y según explicó el cardiólogo Alfredo Estrada Suárez, la encuesta “ENSARS-COV-2” realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública indica que el 70% de los mexicanos consumió grasas saturadas y 98% incrementó su sedentarismo.
Durante una conferencia en línea, el especialista detalló que el cambio de hábitos podría derivar en LDL, enfermedad que obstruye arterias y es capaz de detonar infartos.
“Los encuestados revelaron vivir con alguna o varias enfermedades crónicas, 12.2%, dijo tener LDL, factor que aumenta el riesgo cardiovascular, la principal causa de muerte en el país”, detalló Estrada Suárez, expresidente de la AMPAC.
Por su parte, Rafael Quintanilla, director Farma y Biológicos de Laboratorios Silanes expresó que él y su equipo trabajan para desarrollar medicamentos innovadores que ayuden a controlar los niveles de colesterol para reducir el riesgo de morir a causa de una afección cardiovascular.