Conoce a Fiona Chrystall, una joven escocesa cuya anorexia la llevó a superarse y confrontar su situación que ponía en riesgo su vida. Con solamente 30 kilos y 1.60 de estatura,  esta joven comía dos veces al día una pequeña porción de avena con agua o incluso ayunaba para evitar subir de peso.

Un día decidió darle batalla a la anorexia y comenzar a entrenar como símbolo de una lucha contra ella misma y a favor de la salud, por lo que decidió entrenar artes marciales mixtas con el sueño de ser una peleadora profesional.

"Caí en la lucha por accidente", asegura. "Tomé una clase mientras iba a la universidad y sentí que esto era para mí".

Ella dice que la anorexia siempre estará presente en su mente, pero que la mejor terapia hasta ahorita, ha sido su entrenamiento.

"Ahora me enfoco en ser fuerte, estar en forma y saludable, en lugar de parecer un esqueleto", asevera. "Todavía tengo estos pensamientos, pero en un lugar donde puedo lógicamente luchar contra ellos".

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Los resultados son asombrosos y siempre comparte sus imágenes para motivar a otros a través de su Instagram.

Con información de CNN.