Los delfines poseen una insólita capacidad para regular los latidos de su corazón a voluntad, lo que es similar a la habilidad de los humanos para controlar su respiración y parpadeo, afirman investigadores de la Fundación Oceanografic, en Valencia, España.
En un estudio publicado por la revista Scientific Reports, de Nature, los científicos afirman que esa capacidad podría ser resultado de una adaptación evolutiva para favorecer el buceo.
Andreas Fahlman, autor principal del estudio, realizado en colaboración con la organización Dolphin Quest, en Hawaii, y el Instituto de Investigación Sanitaria la Fe, en Valencia, afirma:
“Nuestros datos muestran que los delfines modifican voluntariamente el ritmo cardiaco y la cantidad de sangre bombeada en cada latido”
Andreas Fahlman, autor principal del estudio
El estudio explica que antes de sumergirse en el agua, los delfines aumentan o disminuyen a voluntad su frecuencia cardiaca dependiendo de qué tan corto o largo será el tiempo que pasen bajo el agua.
“Este mecanismo les permitiría ajustar el flujo sanguíneo a la inmersión, que planean realizar desde el principio y hacer cambios sobre la marcha, si hace falta. Esta sería la adaptación evolutiva que les ayuda a equilibrar la demanda de oxígeno con su disponibilidad”
Andreas Fahlman, autor principal del estudio
Los investigadores creen que así como los delfines, otros vertebrados puedan alterar conscientemente su frecuencia cardiaca para adaptarse al tiempo de su inmersión planeada.
Este fenómeno se conoce como arritmia sinusal respiratoria y consiste en sincronizar el ritmo cardiaco con la respiración, de manera que si el organismo lleva más sangre a los pulmones cuando estos están llenos de oxígeno, favorece un intercambio de gases de la respiración más eficiente.
Así, la arritmia sinusal respiratoria logra que el corazón lata más rápido cuando se inspira y más lentamente entre inspiraciones.
Los especialistas consideran que su investigación podría ayudar a crear métodos que eviten perturbaciones repentinas y fuertes dentro del agua, ya que estas podrían causarle estrés a los delfines y con ello afectar los cambios en su fisiología durante el buceo.
Con información de ‘En Punto’ y publico.es