Según la leyenda nibelunga, cuando el Imperio Romano comenzaba a derrumbarse a lo largo de las orillas del Rin, quienes tenían en su poder el legendario “Rhinegold” (el oro del Rhin), lo enterraron pensando volver a buscarlo. El guerrero Hagen mató a Sigfrido y enterró el tesoro a las orillas del río. Desde ese entonces el río ha cambiado muchísimas veces su curso, y los expertos temieron durante muchos años que hubiera quedado bajo las aguas del lecho en algún tramo nuevo.

El tesoro hallado aparentemente data de los tiempos del Imperio Romano, y según las primeras versiones, un cazatesoros aficionado detecto varias piezas de oro y plata con un equipo detector de metales en un pequeño bosque junto al río Rin.

El hallazgo ha permitido hasta el momento desenterrar piezas de joyería en oro y plata, vestimentas ceremoniales, pequeñas estatuas, y una gran silla, mismas que se cree que forman parte del legendario tesoro que inspiró las óperas de Richard Wagner.

Sin embargo las declaraciones del descubridor del tesoro, no han hecho otra cosa que ponerlo ante la misma Justicia alemana, ya que los fiscales sospechan que el buscador de tesoros, lo encontró bastante antes de la denuncia y vendió buena parte a compradores, presuntamente extranjeros.

“El lugar en que fue encontrado estaba totalmente destrozado por una actuación inadecuada”, dice un comunicado del departamento cultural estatal de Mainz, al que compete estudiar lo hallado.

Aunque es un mito, la historia está basada en la caída de los burgundios en el siglo V. Renania Palatinado se enorgullece de tener el tramo más largo del Rin, salpicado de castillos y anclado en la leyenda que ha inspirado a poetas, pintores y músicos alemanes.

Con información de Reuters y ABC.es